Relax! [LIBRE]

-Que aburrido...-susurré con un deje de diversión en la voz. Volví a girarme hacia la pantallita del fotomatón para darle a los tropecientos mil ''siguente's'' que aparecían para poder sacarse una un par de fotos. Siguente. Siguente. Siguiente. ¡Joder!, ¿tanto tenía que esperar para sacarme un par de fotografías con el rubio del momento? La cara que se le quedaría a Giulia cuando se las enseñara en casa. Siguiente. Sonría, porfavor. Eso ya estaba mejor. Me giré para mirarle y alcé una ceja.
-¿Preparado?

Fruncí el entrecejo ligeramente y encogí los morros, imitando el gesto que le había visto hacer antes. Reí, revolviéndole el pelo con la palma de la mano.
-Relájate, esto no es VOGUE ni ninguna otra revista. Solo quiero un par de fotos naturales, espontáneas; nada de poses super fashions...-reí, negando con la cabeza. Para eso ya tenia los ejemplares de las revistas en las que salía habitualmente.
Giré la cabeza de nuevo hacia donde se encontraba el objetivo de la cámara, preparada para darle al botoncito que sacaría la primera de varias fotografías. Rodé mis ojos hasta que ambos se quedaron mirando mi nariz y click. Foto.

Me pasé la mano por el cuello; pedazo mordida me acababa de meter el cabrón. Y eso que parecía tonto. Suspiré, negando con la cabeza. Alcé una mano hasta llegar a tocar su cara y agarrar su barbilla con ella; esta vez sería yo la que mordiera. Me acerqué hasta su nariz y la mordí al mismo tiempo que apretaba el botoncito de las narices.
Le di un par de palmaditas cariñosas en la cara antes de girarme para mirar mi reflejo en la pantalla. Menudos pelos de loca que llevaba esa mañana, madre de dios.
-¿Cuánto me darían si vendiera las fotos? -pregunté con cierta diversión. No es que fuera a hacerlo pero...a lo mejor podría pagarme el alquiler de un pisito durante un par de meses si conseguía hacer un buen negocio con ellas.

-Entre lo que pueda sacar por ellas y la calderilla que tengo en los bolsillos...-encogí los hombros, aguantando la risa. -Quizás me llegue para un par de chicles o un regaliz.
Traté de peinar mi pelo con las manos. Un par de mechones hacia un lado, otro par hacia el otro y voilá. Dejé caer la mano, con tal mala suerte que acabé apretando sin querer el botón, desperdiciando así un par de fotos.
-¡Mierda!- espeté al mismo tiempo que apoyaba la cabeza contra la pantallita. Al final por hacer el tonto mira lo que pasaba. Resoplé varias veces antes de despegar la cabeza de la pantalla; me crucé de brazos con gesto enfadado y me giré para mirarle. -Esas te las puedes quedar tú...xD

Alargué el brazo hasta coger su oreja y tirar de ella en cuanto me llamó rubia de bote. Sí, lo era pero calladito más mono. Fruncí el ceño y sin soltar su oreja, volví a apretar el botoncito, esta vez no por accidente.
-Busca amabilidad en el diccionario de la real academia española y justo al lado aparecerá una foto mía tamaño carnet; el presupuesto no les daba para ningún desplegable en bikini, lo siento. -Solté su oreja y acto seguido le di un sonoro beso en la mejilla. ¿Cuántas fotos quedarían? Nos habíamos sacado...Alcé una mano y comencé a contarme los dedos. La del cuello, su nariz, las dos chungas, esta última...5, por tanto nos quedaban otras tres más.

-¿Te lo tienes muy creído, no? -Ladeé la cabeza para mirarle ANIMADA. -Tios como tú los hay a patadas. Levantas una piedra y salen cientos; a excepción de ese rubio sexy que usas únicamente tú. -Dejé mis manos sobre mis muslos y cuando pretendía contestar a su pregunta, sus labios me pillaron desprevenida. ¿Era medio italiano, qué me esperaba? En cuanto escuché el click del flash, entendí a que había venido aquello. Las fotos.
Me separé para volver a mirar hacia la pantalla, sonriendo para tratar de aparentar que no había pasado nada. Un beso. ¿Qué significaba un beso hoy en día? Nada.