Despues de una larga fiesta [Abi]

Era de noche, más de las 00.00. El cielo estaba despejado, y aunque era verano, era una noche algo fresca, de las que corría un poco el viento.
Después de haber estado por ahí bebiendo con un amigo, sin saber porqué habia acabado debajo del mirador. Como no tenía otra cosa que hacer y me convenía que se me bajaran un poco los efectos del alcohol antes de llegar a casa y que mi hermana sospechara algo, decidí subir hasta el. Una vez arriba, después de tanto esfuerzo, me apoyé en el muro y me dejé sentar en el respaldo de un banco que había. Miré hacia el cielo sin ningun motivo, pero tube que bajar rapidamente la mirada antes de que me cayera redondo hacia atras, perdiendo el equilibrio. Beber en poco tiempo en tanta cantidad no era muy bueno, y más, sin haber cenado antes. Me saqué de mi bolsillo mi paquete de tabaco y encendí un cigarrillo, mientras apoyaba mis codos en las rodillas para sostener mi cabeza, apoyando en una de mis manos la barbilla.

No podía dormirme aquella noche. No dejaba de dar vueltas y vueltas en mi cama. Miré el despertador que estaba sobre la mesilla y suspiré. Eran las doce en punto exactamente. No quería quedarme más tiempo allí, mirando al techo y sin hacer nada. Me vestí y fui a por un vaso de agua. Iba a salir a dar una vuelta, lo había decidido. Nadie me vería salir, pues todos se encontraban ya durmiendo y volvería antes de que se despertaran. Salí, cerrando la puerta con suavidad para no hacer ruido y me monté en la bicicleta. Sabía que no era peligroso ir tan tarde. Además, había mucha gente de fiesta y suponía que no me encontraría con nadie. Pedaleé y cuando llegué al mirador me pareció ver a alguien, por lo que me detuve rapidamente. Se agradecía el aire que hacía allí, pues si no hubiese sido por eso, haría un calor asfixiante. Me bajé de la bicicleta y caminé mientras la arrastraba hasta el lugar donde se encontraba el chico que no tardé en reconocer, era Nicolas, uno de mis mejores amigos. Estaba fumando y no tenía muy buena cara. -¿Estás bien?- pregunté algo preocupada cuando estuve a su lado.

-Seguía en todo lo mío, fumando como un poseso, lanzando el humo al aire, e intentando mantener el equilibrio en el respaldo del banco en el que me encontraba sentado. Me pareció escuchar una voz, y para percatarme que no habían sido alucinaciones mias, giré la cabeza hacia el lado donde habia escuchado algo. Pude ver a Abi, mi mejor amiga. Ella era una de las pocas personas en este pueblo que realmente me conocía, con la que siempre podía contar, y una de las personas más autenticas y divertidas que había conocido. Escuché su pregunta y sonreí, pero sin contestar, ya que me había llamado más la atención la bici que su pregunta- Paseando a estas horas? Creo que es algo tarde para andar con la bici -Solté una pequeña risa, todo a causa del alcohol. Recordé la pregunta que ella me acababa de hacer y me pasé la mano por la nuca- Si, estoy bien. Haciendo tiempo para llegar a casa. Mis padres están durmiendo, pero ya sabes como es mi hermana que se entera de todo y a veces se le va la boca -Lancé el cigarro al suelo y me levanté para pisarlo con el zapato. Una de mis manías; no podía dejar una colilla encendida en el suelo. Volví al sitio donde estaba antes, sentado, y volví a sonreirle-

Después de unos segundos giró la cabeza lentamente y me miró. Supe que me había reconocido. Ignoró mi pregunta completamente y me hizo otra pregunta. Alcé una ceja mirándole. Vale. Estaba completamente borracho. -Y creo que es tarde para estar aquí borracho- comenté después. No lo dije con tono borde, si no en tono normal. No podía reprocharle aquello, pues él podía hacer lo que quisiera y cuando quisiera. Aunque tampoco tenía que aprobar lo que hacía, pues a mí esas cosas no me iban. Escuché su risa y negué un momento con la cabeza. Después pareció acordarse de mi pregunta y la respondió. -Sí. Estás genial- repetí con ironía. Se le notaba que estaba genial. Escuché lo de sus padres y lo de su hermana. Yo no me preocuparía por eso, si no por poder llegar a casa con esa borrachera y vivo. -¿Y crees que podrías llegar hasta allí?- pregunté refiriendome a su casa. Después tiró al suelo su cigarrillo y lo piso. A mí no me importaría acompañarle a casa si era necesario, pero un rato más tarde, pues si no, su hermana o sus padres sí se darían cuenta. Me senté a su lado en el banco. -Bueno, ¿y has ido a beber tú solo?- pregunté notando que estaba él solo, aunque también podía ser que los demás ya se hubiesen marchado.

Que vá, para estar solo no es tarde -Dije negando lo que ella acababa de decir- No has visto la noche tan buena que hace? Hay que disfrutar de este fresco, que se ve escasamente en verano por aquí -Sonreí, sin saber por qué. Escuché su ironía y puse mala cara. Iba borracho, pero no tonto- Perdona, no quería que te enfadases -Contesté como un bebé triste cuando su madre se enfada. Al escuchar la pregunta que me acababa de hacer, asentí- Claro que sé! Es mi casa! Eso si, prefiero llegar tarde tarde, aquí estoy bien, y allí me buscaría una buena bronca... De todas formas, tu puedes venir conmigo si quieres. Seguro que si mis padres me ven aparecer contigo, están totalmente tranquilos -Dije seguro de lo que decía. La verdad que para mis padres era una tranquilidad saber que me juntaba con personas como ella. Abi era una de esas personas que mi madre quería mucho y admiraba; seguramente, por lo buena chica que era. Yo tenía toda la libertad del mundo en casa, pero el alcohol y las drogas eran uno de los temas tabús para mis padres, y los que más miedo le daban; eso no impedía que yo siguiera haciendo lo que quería. Me acomodé en el banco, agarrandome a ambos lados de mí al respaldo, y suspiré, mientras giraba mi cabeza para mirarle- Pues... no! He ido con un amigo, y con unas chicas que hemos conocido. Pero después los perdí de vista porque fuí al aseo, y buscando buscando, he acabado aquí, y aquí me voy a quedar. Estoy como en casa -Sonreí satisfecho. Me paré un segundo a pensar que era lo que hacia ella aquí. Lo mio, era normal dentro de lo que cabía pero lo suyo no tanto- Y tú? Deberías estar durmiendo o quien sabe qué!

La verdad yo sí pensaba que era tarde para estar a solas, pero no le podía decir nada más, pues yo también estaba en el mismo lugar, a la misma hora y había venido sola y seguiría estando sola de no habérmelo encontrado. Reí por su siguiente comentario. -En eso tienes toda la razón- concedí mientras sonreía. Había pocas noches en las que el calor no era insoportable y se podía estar más a gusto, con el aire corriendo. Me hizo gracia la mala cara que puso al escuchar mi comentario, pero evité reírme mordiéndome el labio, pues tal vez si me reía a él le molestara. No pude evitar soltar una carcajada al oír su comentario. Parecía que era su madre echándole la bronca o algo parecido. -Puedes hacer lo que quieras- empecé a decir -solo que me preocupo por ti- agregué. Le tenía demasiado aprecio como para que algo malo le pasara, por eso siempre que lo veía mal me preocupaba y le intentaba ayudar siempre en todo lo que podía. No me importaba el día o la hora, pues siempre estaría para él cuando me necesitara. No le interrumpí cuando siguió hablando, pero si hablé al final. -O sea, que me utilizarás para que tus padres te dejen salir siempre que quieras- comenté fingiendo enfado. -Solo me quieres para eso- dije después. Escuché lo que dijo a continuación. -No deberías ir con gente extraña- comenté después. Una cosa era estar borracho, pero otra distinta que un amigo te dejara solo. -Estaría durmiendo si hubiese podido- comenté al final y con eso contesté a su pregunta. En ese momento recordé que había salido sin permiso y esperé que nadie se levantara por la noche y se percatara de mi ausencia. Aunque estaba casi segura de que aquello no ocurriría.

Gracias por tu permiso, rubia solidaria -Dije sonriendo amablemente, al ver que cedía, cosa que mi madre no hubiera hecho. Me alegraba saber que al menos una persona fuera de mi círculo familiar, se preocupaba de verdad por mí. Pero era algo recíproco. Si algo le pasaba a ella, yo era el primero en intentar acudir para ayudarle, en estar ahi para intentar que sonría, y si tenía que matar a alguien que le había hecho daño, no tenía reparo en hacerlo. Al escuchar su comentario enfadado, negué efusivamente varias veces, para hacerle ver que no era así- ¡No! -exclamé- Sabes que no es así, pero también sabes que en mi familia eres como un angel de la guarda o algo así, y gracias a eso, puedo ser algo más libre de lo que soy normalmente -Comenté sonriendo. Escuché lo de la gente extraña e hice una mueca. No era gente extraña, o bueno, un poco. Pero yo era un tío, sabia cuidar de mi mismo y sabia lo que hacia en cada momento. Y tambien, era capaz de defenderme con ojos cerrados de cualquier cosa. Escuché el motivo de porque no estaba en casa, dormida y alcé una ceja, hablando en tono preocupado- Y porqué no has podido? Qué pasa? -Dije frotandome las manos, dandome cuenta que el efecto estaba bajando poco a poco, pero aun seguía en mi pompa, feliz-

Reí por su primer comentario. -Sí. Así me suelen llamar- bromeé refiriéndome a como él me había llamado. Miré a mí alrededor. Este lugar era increíble, tenía unas vistas geniales de todo el pueblo. Se podía apreciar cualquier cosa en la que antes no te habías fijado. Sonreí, alegre de haber ido a parar hasta allí. Volví la cabeza de nuevo cuando escuché su "no" fuertemente. Sonreí divertida. ¿Un ángel de la guarda? Vaya, pues sí que había gente que me apreciaba. Sabía que había gente que realmente me apreciaba, por eso me encantaba juntarme en verano con todos, y una de las personas con las que más me gustaba pasar el tiempo era con mi mejor amigo, con él podía hacer cualquier cosa y casi nunca discutíamos, y menos por tonterías. Siempre nos acabábamos poniendo de acuerdo y nuestros enfados no solían durar mucho tiempo, pues enseguida uno de los dos le pedía disculpas al otro y todo se arreglaba. -Eso es porque te cuido muy bien- comenté después sin dejar de sonreír. -Vaya, pues me debes varias, entonces- bromeé cuando dijo que gracias a mí era más libre. Solo bromeaba, pues yo sabía que él no me apreciaba solo por eso. -No sé. No tenía sueño y no podía dormir- respondí a sus preguntas. No había nada de qué preocuparse, simplemente tenía insomnio. -¿Quieres que hagamos algo?- propuse al final. No sabía cuánto tiempo quería quedarse allí, pero podríamos hacer algo para divertirnos y que el tiempo pasara más deprisa. Aunque tal vez él prefería quedarse sentado y descansar.

En serio? Pues espero que no te llame mucha gente así, porque ese nombre es mio -Dije celoso. Si, a veces era muy celoso con cosas insignificantes. Miré hacia donde ella miraba, en silencio, apreciando todo el pueblo. Se oía musica a lo lejos que provenía de discotecas; tambien se veían muchas luces, y tambien mucha oscuridad de casas que intentaban dormir. Escuché su comentario y asentí orgulloso- Claro que lo haces, siempre lo has hecho. Aunque yo se cuidarme solo también. -Repetí. Me gustaba ser autosuficiente, y que nadie pensara que necesitaba ayuda. Por un lado eso estaba bien, pero por otro lado, fallaba- Te debo más que varías, pero cuando seamos viejos, pasaremos la factura de favores -Bromeé, riendo aun bajo efectos del alcohol. Al oirle decir que no tenía sueño y no podia dormir, se me pasó por la cabeza que a lo mejor tenía algun problema que no me habia contado- Pero, es solo eso? Insomnio? -pregunté otra vez en el mismo tono preocupado de antes- Claro! Como qué? -Dije sin apenas ideas. Estaba totalmente con la mente en blanco, y no era plan de ponerme a pensar en algo ahora, pero si que me iba a venir bien moverme un poco-.

Reí divertida. -Tranquilo. La próxima vez que me llamen así les pediré que no lo hagan- continué la broma. Miré hacia el cielo. Podían verse muchas estrellas y un poco más lejos, la luna. No estaba llena, pero entre las luces del pueblo y la que ella emitía, eran suficientes para ver en la oscuridad de la noche. Definitivamente, me gustaba aquel lugar. Ya no tenía ninguna duda. Le miré de nuevo cuando habló. -Sé que sabes cuidarte solo- empecé a decir -pero a veces también es bueno dejarse cuidar- acabé la frase. Sabía que él no quería hacer saber a los demás que dependía de alguien, porque realmente no dependía de nadie; él sabía cuidarse muy bien solo y sabía lo que tenía que hacer, aunque luego podía escoger entre hacerlo o no. -Pues entonces ya habrás acumulado demasiadas cosas- bromeé por lo que dijo sobre la factura. Noté el tono preocupado en su voz al hacerme las preguntas. -Sí. Seguro que solo es eso- dije para que no se preocupara más. Además, no estaba mintiendo. No me había ocurrido nada malo. Y si me hubiese ocurrido algo él sería una de las primeras personas en saberlo, pues confiaba en él y le contaba todo. -¿Qué tal si damos un paseo?- propuse. Pensé que convendría que le diera un poco el aire y se despejara, cosa que sería más fácil si caminábamos. Solo quedaba que a él le apeteciese. Si no quería, siempre nos podíamos quedar aquí sentados.

Lo prometes? -Pregunté con media sonrisa, satisfecho de lo que acababa de oir. La observé. Observé como miraba hacia el cielo, con media sonrisa, con los ojos iluminados. Me picaba la curiosidad de qué estaba pensando, o si tal vez había algo especial ahi arriba, pero estaba tan sumamente empanado que no podia ni levantar la vista, por lo que mis ojos seguian detenidos en ella. Cuando me contestó, volvi en si y volví a mirar hacia el frente- Lo sé, a veces lo hago, pero la mayoria de veces no, y estoy bien -Dije algo duro. Escuché su respuesta e imaginé la escena, y la factura en sí. En lo que llevabamos de vida que nos conociamos, me habia hecho tantos favores que no sabía ni contarlos; no queria imaginarme como aumentaria esa lista cuando tubieramos 40 años. Siempre me cubría en mis escapadas, me habia ayudado con los examenes, me habia abierto los ojos gratuítamente... y miles de cosas más. Volví al ahora, y escuché que estaba bien. Su tono era sincero, por lo que le creí sin dificultad y supe que decía la verdad, que solo era desvelo- Claro, vamos! Creo que algo de aire fresco me va a venir bien para bajarme el pedo que llevo encima -Sonreí, mientras me levantaba del banco con algo de dificultad, zambaleandome a los lados. Le tendí la mano para que ella también se levantase-

-Lo prometo- me comprometí. Sabía que nadie me llamaría así, pero aún así sabía que al haberlo dicho le había dejado satisfecho y lo pude comprobar por su sonrisa. Le conocía ya bastante bien como para no saberlo. Y si con decir eso se ponía más contento lo haría y además, si alguien me lo decía -cosa que dudaba mucho- también cumpliría la promesa. Cuando me volví miró hacia el frente. Reí por lo que dijo. -Lo sé. Pero conmigo no te tienes por qué hacer el duro- dije. Era autosuficiente, estaba segura, pero había notado la dureza en sus palabras y por eso le había dicho aquello. Se quedó pensativo cuando le dije lo de la factura, parecía que estaba imaginándolo, porque ya no parecía estar en el lugar, sino más bien en otro lugar más alejado. No le iba a cobrar nada, ambos lo sabíamos. Ambos sabíamos que era una simple broma. Porque los amigos están para ayudarse, para estar en los momentos buenos, pero también en los malos. Yo intentaba ser siempre una buena amiga. Me causó gracia su siguiente comentario, pero no tanto por las palabras que dijo como por la naturalidad con la que lo decía. Como si eso fuera lo más natural del mundo. Le cogí la mano para levantarme. -Creo que hoy tendré que sostenerte yo- comenté al recordar como se había tambaleado al levantarse. Caminé a su lado mientras arrastraba la bicicleta.

No me hago el duro, soy como soy -Dije seguro de aquello, aunque no era del todo verdad. Claro que me hacia el duro, desde siempre, pero eso era algo que nunca iba a admitir.
Le empujé un poquito para levantarla del banco y comencé a andar a su lado, por el borde del mirador, hasta llegar a las escaleras por las cual se bajaba de él. Pasé mi mano por detrás de su hombro, para agarrarme asi y que fuera más facil bajar las escaleras dichosas, pero al darme cuenta de que la bici tambien nos acompañaba, optamos por bajar por la rampa que habia al lado- Bueno, hoy te toca a tí; el proximo día, será al reves -Comenté riendo mientras bajabamos la rampa, y la bici también bajaba por alli a duras penas xD

Sabía que el primer comentario lo había dicho por decir, pues sí que se estaba haciendo el duro, aunque fuera solo un poco, y eso era algo que ambos sabíamos, pero no comenté nada sobre ello, prefería dejar el tema de lado. Caminamos hasta las escaleras y después me agarró por los hombros para que fuera más fácil bajar. Después pareció percatarse de que también llevaba la bici y fuimos hasta la rampa. Bajamos despacio, pues era algo complicado, pero me causó gracia. Pensé en lo que pensaría la gente si nos viera. Seguramente nada bueno; seguramente que estábamos locos, o algo parecido. O más bien creería que íbamos borrachos, cosa que ciertamente parecía. Escuché su comentario y negué con la cabeza. -No creo que eso ocurra- dije después. Lo dije más que nada porque sabía que yo no me pondría borracha, estaba casi segura. -¿A dónde quieres ir?- pregunté cuando ya hubimos bajado toda la rampa. Tal vez quería volver ya a casa o prefería ir a otro lugar, en cualquier caso, le acompañaría.

-Solté una risa al ver lo complicado que se nos estaba haciendo bajar una simple rampa. Dos locos, a las tantas de la madrugada, con una bici, muriendo en el intento de bajar una cuesta- Quién sabe? A lo mejor te pillo de imprevisto y te emborracho -bromeé, claramente. No sería capaz de hacer eso nunca, y muchísimo menos a ella. Escuché su pregunta y pensé en algun paradero, pero por mi mente no pasaba nada que no fuesen espacios en blanco- Pues... esto.... a.... -intente decir, pensando en algún destino- Puedes decidirlo tú? -Pregunté con una sonrisa, llegando a la conclusión que mi mente no iba a llegar a ningún lado- Si te sirve de algo, a mi me da exactamente igual el sitio donde ir. Donde el viento me lleve -pensé algo y rectifiqué aquella frase- Mejor dicho, donde Tú me lleves

Alcé una ceja mirándole haciéndome la indignada por lo que me había dicho. -Primero, no creo que fuera tan tonta como para no saber lo que bebo- empecé a decir. Puede que no fuera la persona más lista del mundo, pero tampoco era estúpida. -Y segundo, ¿serías capaz de hacerme eso?- pregunté mirándole todavía. No le estaba preguntando si podía, pues claro que podría, al menos intentarlo, si no si él sería capaz de hacerme una cosa como esa, sabiendo que a mí no me gustaba. No lo creía, pero aún así se lo pregunté. Reí divertida cuando no supo a donde ir. -Mira, uno de los efectos del alcohol- comenté como diciendo que no era bueno. Nunca le obligaría a hacer lo que no quisiera, pero aún así le podía decir eso y dar mi opinión. -No deberías confiar tanto en mí- bromeé al escuchar que iríamos a donde yo le llevara. -Te podría llevar a un lugar espantoso- anuncié al final. Aunque no conocía un lugar así. Sonreí y después comencé a caminar sin tener un lugar pensado al que ir, simplemente dejaría que nuestros propios pies nos guiaran.

-Escuché su comentario, y más tarde, su pregunta enfadada. Creo que se lo había tomado algo a mal, y no era esa mi intención ni mucho menos. Negué efusivamente- Claro que no sería capaz! Por quien me tomas, Abi? -pregunté ofendido de que hubiera dudado de mi- Ni loco sería capaz de hacer algo asi, y mucho menos a ti. Además, sé que no eres tonta. Comencé a numerar algo con los dedos de mi mano derecha, mientras hacia cuentas en mi cabeza. Llegué a una conclusión y solté una carcajada- Si, es uno de los efectos del alcohol. Chica lista -Sonreí de nuevo, mientras seguíamos andando sin rumbo fijo- Porque no habria de hacerlo? -Al escuchar el porqué, alcé una ceja asombrado. Sabia que no sería capaz de hacerme nada malo, pero su tono convincente y su sonrisa, me daba que pensar- Vale, vale. Para la proxima, no confío más en ti -bromeé, mientras seguiamos andando por la orilla de la carretera-

Subió el tono de voz y después noté en su voz que parecía que le había ofendido lo que le había dicho. Sonreí a pesar de ello, pues al habérmelo dicho en ese tono y de esa forma significaba que de verdad no me haría algo así. No lo había dudado ni un momento, pero me alegré de escucharlo. -Confío en ti- dije después mientras le pasaba una mano por la cintura para abrazarle. Le hubiese dado un abrazo bien dado, pero no podía dado que en el otro lado llevaba la bicicleta y si la soltaba seguramente se caería. Reí por su siguiente comentario. Tenía razón respecto a lo de los efectos del alcohol. -Uno nunca sabe con quién está tratando- agregué al final por su último comentario de que no se volvería a fiar de mi. Sabía que no lo decía en serio, y también que él sí que sabía con quien trataba cuando se refería a mí, pues era una de las personas que mejor me conocía.

Espero que así sea -Dije como si lo dudase, pero en verdad, no lo hacia. Eran muchos años, y confiaba plenamente en ella al igual que ella en mi. Me agarré algo más mientras seguiamos andando sin rumbo, observando como de vez en cuando pasaba algún coche a toda velocidad, seguramente iba o venía de estar de fiesta- Ah, no? Entonces quieres decir que aunque pienso que eres un angelito y la mejor amiga que se puede tener, en el fondo puedes ser una vibora psicópata que me odia y utiliza? -Pregunté con una sonrisa de oreja a oreja.

Sonreí por su primer comentario. -Sabes que es así- dije segura. Sabía que él no lo dudaba realmente, si no que solo fingía dudarlo. Observé pasar varios coches por al lado y me alejé un poco más de allí, ya que quería tener precaución, era mejor prevenir a que ocurriera algo. Además la mayoría de los coches que pasaban iban a toda velocidad y supuse que la mayoría vendrían de estar de fiesta, por lo que era más fácil que ocurriera algo. Reí por su comentario final abriendo mucho los ojos. Me hacía gracia lo que había dicho: "una víbora psicópata". -Sabes que soy un angelito- dije al final poniendo cara de niña buena. Yo nunca me podía comportar mal con una persona, a no ser que me llevara muy mal con ella, pero eso ocurría en muy pocas ocasiones, pues no me gustaba estar discutiendo con los demás.

Lo sé -Añadi en cuanto ella dijo ese comentario. Noté como me apartaba de la orilla de la carretera, subiendo a una pequeña acera que habia en el lado, y seguimos andando por ahi, como si nada. Algunos coches pitaban, otros, gritaban algo que no alcanzaba a oir, otros, iban con la musica tan fuerte que ni se enteraban...- Bueno, eso de angelito, es algo discutible -bromeé. Si que era un angelito, pero sus comentarios que habia hecho, me habian echo incluso dudar. Respiré profundamente; el efecto del alcohol estaba poco a poco pasandose. Ya no veía doble, podia andar sin perder el equilibrio, y ya no tenia aquella risa tonta que me entraba por nada. Miré la hora, las 01:30. ¡Qué rapido pasaba el tiempo! Seguí caminando hasta que observé la bici- Quieres que la lleve yo un rato? O mejor, quieres que te lleve? Tipo verano azul -dije con media sonrisa-

Al final pareció que estábamos de acuerdo en cuanto a lo de que confiaba en él, por lo que sonreí satisfecha y di el tema por zanjado. Cada vez que un coche pasaba estos emitían mucho ruido, ya fuera por cualquier cosa, y a decir verdad resultaba algo molesto, al menos lo resultaba desde mi punto de vista. Me reí por su comentario. -Claro. Porque soy incluso más buena que un angelito- bromeé. Miré hacia el frente y después le escuché respirar hondo. Parecía que ya estaba algo mejor, cosa de la que me alegraba bastante. Le miré por el rabillo del ojo y le observé mientras miraba el reloj. Seguramente ya era muy tarde, pero no me importaba y aunque sentía curiosidad por qué hora era, no se lo pregunté. Le volví a mirar cuando habló de nuevo. Reí.
-Suena tentador…- empecé a decir. -Pero, ¿crees que estás en condiciones?- pregunté después. No le iba a dejar hacer algo para que después se encontrara peor.

Yo más bien lo decia porque eres peor que un angelito -Dije con tono convincente y seguro, bromeando. Por un momento, dejaron de pasar coches. Se escuchaba el silencio, y algunos grillos de fondo que estaban en los arboles- Claro que estoy en condiciones! No soy un paraplégico, ni tengo la mano escayolada, ni siquiera soy ciego Porqué no iba a estarlo? -Dije con media sonrisa mientras dejaba de abrazarle y cojía la bici por el manillar, con mis dos manos- Algo pequeña para mi, pero suficiente para poder dar un corto paseo -Comenté observando la bicicleta detalladamente-

-¡Oye!- me quejé por lo primero que dijo. Tan mala no era, mejor dicho, no era nada mala y menos con las personas a las que realmente apreciaba. Le saqué la lengua divertida. Escuché todo lo que dijo a continuación sin interrumpirle. -Sé que estás perfectamente- empecé a decir -pero no me refiero a eso- añadí después. Él sabía que a lo que me refería era por si se le había pasado o no su borrachera. No había estado mal del todo, pero si antes no podía ni mantener el equilibrio, ¿por qué lo iba a mantener ahora? Y más yendo en bicicleta. Después me cogió la bici y se subió a ella. -Estás muy mono- dije sonriendo mientras le miraba subido a la bicicleta. -¿Estás seguro?- pregunté por última vez. Podía ser pesada, pero quería estar completamente segura.

Entonces te referías a estar bien en el sentido de... -Al decir esto, hice un gesto señalando mi cuerpo, como que se referia a estar bien de físico, pero simplemente bromeaba, era obio. Me senté en el sillín y la bici se tambaleo un poco hacia los lados, y yo con ella, pero supe mantener el control. Sonreí al escuchar lo que decia- Es como en los viejos tiempos... -añadí mientras apoyaba en el manillar mis codos, para luego, mantener mi cabeza con las manos. Asenti un poco- Si, estoy seguro, no del todo, pero al 70% -bromeé mientras seguia ahi, apoyado y mirandole-