Divertida noche[HermanosThompson]

Hacía pocos días que mis hermanos y yo habíamos llegado al pueblo, tanto ellos como yo habíamos deseado todo el año que llegara el verano. Era lo mejor, volver al pueblo y ver todas las caras conocidos que allí se encontraban verano tras verano. Eso era sin duda lo mejor, ¡Todo!, cada verano era diferente e inolvidable.

Ese día nuestro abuelo nos aviso que él no podría ir a la pizzería ya que se encontraba mal y que nos encargáramos nosotros. La verdad era que no nos pillaba por sorpresa ya que otros veranos teníamos que hacer lo mismo, y la verdad era que me encantaba.

Salí de casa sola, por lo que tenía entendido mis hermanos estarían allí o con amigos, pero quedabamos de encontrarnos allí. Como era de noche y empezaba a refrescar me puse mi floja chaquetita y me dirigí canturreando hacia la cosa para ir directa a la pizzería. Al llegar allí ya estaba Chris, lo saludé con una sonrisa y directamente me dirigí a la cocina. No se me daba tan mal cocina, seguro que como siempre nos tacaba a Dean y a mí en la cocina. Gran error y gran peligro, pero a Chris se le daba mejor eso de atender, las cuentas y demás. Yo estaba más feliz haciendo el idiota en la cocina junto a mi hermano. Eso del idiota…últimamente Chris no hacía más que vigilarnos ya que en repetidas ocasiones dejábamos la cocina destrozada y ambos, tanto Dean como yo terminábamos llenos de harina.
Me había lavado las manos y recogido el pelo con una graciosa coleta para empezar a mezclar la mesa y a cocinar. Esperaba que mi hermano no tardara en llegar, - ¿Crees que tardará mucho?¿Aparecerá? – pregunté con un gritito para que Chris me escuchara de la parte de adelante. Pobre de mi hermano si no aparecía esa noche, al llegar a casa lo terminaría matando.

Básicamente se podría decir que me había pasado la tarde sumergido entre papeles, en vez de entre las olas como a mí me gustaría estar. Al haber llegado hacía pocos días a Maine, había que poner al día todo el papeleo de la pizzería, leer el correo y ajustar las cuentas para que, al final de la temporada de verano, pudiésemos saber con certeza todo aquello que habíamos ganado.

De pronto vi aparecer a Sarah, una de las veces que alcé la cabeza para mirar por la ventana, concretamente a la playa, donde algunos afortunados amantes del surf disfrutaban de las últimas olas de aquel día. Sonreí a modo de saludo, sabía perfectamente que cuando estaba con el papeleo hablaba poco, y no era porque no supiera hacer dos cosas a la vez, cosa que siempre me echaba en cara Sarah cuando hacía algo mal a su parecer. La seguí con la mirada cuando entró en la cocina e, instantaneamente, una mueca apareció en mi rostro. ¿Sería otra de los días en los que me tocaría echarles la bronca por destrozar el habitaculo? Odiaba ser el "ogro", por llamarlo de alguna manera, pero simplemente a veces no me quedaba otra opción que esa. ¡Ya me gustaría a mí divertirme como ellos! Pero era el mayor y debía de dar ejemplo.. Aunque en determinadas cosas, para eso, no era el ideal.

Escuché su voz por encima del ruído del colocar los platos encima de la mesa y el propio que producía yo al pasar papeles de un lado a otro. Miré el reloj y moví un poco la cabeza, en un gesto suave, como pensando. -¡No tengo ni idea! Pero más vale que mueva el culo ese enano y lo traiga aquí de una sola pieza para ponserse a currar. -Dije, elevando el tono de voz también para que pudiese oírme. No se iba a escaquear tan fácilmente. Ya lo hizo el verano pasado un par de veces y no estaba dispuesto a que siempre pringásemos Sarah y yo.

Desde el momento en que emprendimos el viaje de vuelta a casa el año pasado esperé a que llegara este verano y, para mi sorpresa habia llegado antes de lo esperado.

Mi hermano nada mas llegar se fué directo a la pizzeria y mi hermana se habia quedado en casa. Yo, en cambio habia decidido ir a dar un paseo en moto para ver si me encontraba con alguien pero ese alguien no apareció por ningun lado. Cuando me aburrí volví a casa.

Al llegar allí me enteré de que ese dia deviamos ir los tres a la pizzeria ya que mi abuelo no se encontraba demasiado bien. " Excusas.." pensé mientras salia de casa para ir a la pizzeria.

Decidí no cojer la moto y fuí caminando hasta el lugar, cuando llegué vi que el local estaba lleno y supe que me esperaria una bronca mas tarde por parte de Christopher. Suspiré antes de entrar.

- Ni se os ocurra decirme nada, me acabo de enterar de que hoy tenemos que estar aqui - dije mientras corria hacia el interior de la cocina donde ya estaba Sarah.

- Asi me gusta hermanita, que me adelantes el trabajo.- bromee mientras cojia el bote de harina y espolvoreaba un poco en la mesa y en la cara de Sarah.

Desde dentro escuché lo que decía mi hermano mayor y reí por la contestación, sabía que si Dean no aparecía Chris no dudaría en ir a buscarlo por el pueblo hasta encontrar a nuestro hermano mediano. Pero sí, esa noche no se iba a escaquear.. ya que como había pasado las últimas veces abríamos y cerrábamos la pizzería juntos. Chris y yo, ni rastro del loo de Dean para que al día siguiente pusiera las excusas más absurdas.

En ese momento cuando estaba concentrada con la masa de la pizza logré escuchar la voz de mi hermano, como se defendía nada más entrar para que Chris no le dijera nada y reí por ello. Dean no tardó en aparecer donde yo estaba con un gracioso comentario, - Pensamos que no vendrías y Chris creo que tenía pensado ir a buscarte – comenté tranquilamente, para cambiar mi expresión alegre a una molesta tras el gesto de Dean. – No empecemos – me quejé al ver que me manchaba de harina.

-Por cierto… - dije de forma inocente subiendo un poco más el tono de voz. – Hablé con papá y me dejo traer a Daniel a casa para pasar unas semanas de verano con nosotros. Espero que no os importe – terminé por decir con la misma voz angelical. Quería que me escucharan ambos, ya que se quedaría en casa. Con nosotros durantes las próximas semanas, - Llega mañana – terminé por decir. Era mi mejor amiga, y aunque no lo reconocía todo el mundo decía que el chico estaba detrás mío desde hace unos años.
Esperé alguna contestación de ellos, no sabía si le iba a molestar o no. Pero mi amigo estaría en casa conmigo y con ellos naturalmente, no sabía en que habitación meterlo pero como último lugar dormiría conmigo. Él y yo teníamos confianza, así que no pasaba nada. Era como un hermano, aunque no sabía como podían tomárselo ellos.

Estaba algo absorto en los papeles y escuché la risa de Sarah de fondo, seguidamente de la inconfundible voz de mi querido hermano. Levanté la vista con expresión neutra, y si las miradas atravesasen, Dean en ese momento tendría pinta más bien de colador. -Pues macho, mira que te lo habíamos dicho, ¿eh? -Dije con un tonito un tanto desagradable, pero con la misma rapidez que me enfadaba, se me pasaba. -¿Qué, ya te has encontrado con alguien? -Pregunté, devolviendo la vista nuevamente a los papeles.

Al oír la queja de Sarah puse los ojos en blanco. "Como empiezen..", pensé. Mira que tardaba poco Dean en hacerla de rabiar. Aunque, para qué engañarnos, a veces Sarah era demasiado susceptible; aún así, la queríamos. -¡Ehy! -Alcé la voz para que pudiesen oirme. -Que no sea yo el único que trabaja mientras vosotros fastidiáis pizzas y os embadurnáis de vete tú a saber qué..!

-¿Daniel? -pregunté. -¿Daniel, Daniel? -Volví a preguntar. -¡Ah, Daniel! -Sí, seguro que se cachondeaban estos dos por el monólogo que me acababa de marcar, pero en mi cerebro se había alojado una pequeña laguna y no recordaba al pequeño Daniel, el querido amigo de mi hermanita. -Pues le quiero en la habitación más alejada de la tuya. ¿Me oyes?

Al poco rato terminé por fin de ordenar papeles y de todos esos rollos que tenía que hacer al comienzo. Me levanté de donde estaba sentado y me di una vuelta por la pizzería, asegurándome de que todo marchaba bien. Salí un rato fuera, apoyándome en una barandilla que había en el paseo marítimo, justo en frente del local. Me saqué un cigarrillo del bolsillo y lo encendí, dándole una calada. A mis padres no les gustaba que fumase, pero una vez que se coge el vicio.. Si era cierto que fumaba poco, pero algo fumaba.

Noté como mi hermano me miraba con esa mirada tan suya, tan asesina y tan de ogro, le miré, sonrreí y le guiñe el ojo.
- Si ya se que me avisasteis pero.. ¿sabes que pasa? - dije mientras pensaba en que inventarme, pero su siguiente pregunta me sacó de mis pensamientos. - Si, me encontré a Peter pan, me dij oque si me iba con el por ahi, pero le dije quei ba a la pizzeria sino mi hermano mayor me mataria..Y nadie quiere que yo muera, ¿no? - miré a mi hermana. - Ni se te ocurra contestar a la pregunta. - bromee mientras volvia a lo mio en la cocina.

Escuché lo que Sarah mencionó sobre lo de si me iba a presentar o no, la verdad esque ya me habia escaqueado mas de una vez el año pasado y este año tenia planeado escaquearme un par de veces mas, pero era el primer dia y no era plan de hacerlo aún.
- Pero por quien me has tomado Sarah.. - dije finjiendo estar ofendido. - Tu hermano mayor, aqui presente es muy responsable y nunca dejaria que sus pobres hermanos trabajaran por el..- escondí una risa tras decir eso, los tres sabiamos que si era capaz de hacer eso.

- ¿No empezemos que?- volví a echarle encima harina, pero esta vez por el pelo. De repente se escucho a Chris gritarnos, pues la quejica de Sarah, habia hablado demasiado alto. - Tranquilo Chris, yo hoy voy a cocinar, ¿que tal si ponemos en el menú de hoy croquetas? - tras decir eso cojí masa con la mano y cuando la tube llena y pringosa se la restregué en la cara a Sarah.

-¿Daniel? - pregunté cuando Sarah mencionó a su amiguito ese que tan mal me caia. Se le caia la baba cuando miraba a mi hermana y, aunque ella no se diese cuenta yo si lo hacia y no me gustaba nada. Puse cara de pocos amigos. - ¿En mi casa? no. - dije sin mas.

[…]


Después de que mi hermano me manchara no tardé en escuchar el comentario de Chris, ¿ahora iba a ser culpa mía? ¬¬. Definitivamente el “loco” de mi hermano mayor, Dean, no iba a terminar bien esa noche si seguía de esa forma. Me divertía si, pero siempre terminaba peor que el y eso no me gustaba.
Dean no tardó en llenarme el pelo de harina, tuve ganas de matarlo. De ahogarlo entre la masa que tenía en las manos. Era mi pelo, y odiaba que me lo manchara de esa forma. – Dean – dije o más bien me quejé de forma baja, no quería que Chris nos escuchara. - ¿Eres tonto? – pregunté intentando sacar la harina que tenía en el pelo pero todo iba a peor, cogí un poco de masa o más bien me limpie las manos en la masa para luego pasarlas por la cara de mi hermano. – Ajá, así mejor – dije de manera graciosa al verlo de esa manera. – Dos contra dos, o como sea – bufé volviendo a lo mío, ahora ambos estábamos igual.
Con lo de las croquetas levanté la vista y él había hecho lo mismo que yo minutos atrás, - Te vas a enterar – me apresuré a decir para coger el bol de masa y empezar a salpicarlo. Todo esto con el mayor silencio posible para que Chris no se percatara de lo que ocurría detrás de él, en la cocina cuando hoy más que nunca íbamos a terminar mal.

Esperé atenta alguna contestación de ellos por lo de Daniel, a la vez tenía una mano en el pecho de Dean para separarlo de mí, tanto a él como la masa y la harina que tenía lista para tirarme. Al escuchar lo que decía Chris me tranquilice, era un alivio saber que pensaba de esa forma, - Claro..eso no será el problema. Dormirá con Dean – me apresuré a decir, o bueno, diría eso y luego terminaba durmiendo conmigo. Pero no, seguro que se encargaría de vigilar que el rubio fuera a la habitación de invitados.
Mi sorpresa llegó al escuchar lo que decía mi otro hermano, - ¿Por qué? - pregunté confundida, - Pues viene mañana, papá me dejo, el abuelo también y por lo visto a Chris le parece bien – terminé por decir para que no contradijera nada más. Iba a venir, y ya estaba. Dan ya estaba avisado.

No volví a escuchar a Chris por lo que teníamos esos minutos libre y podía gritar o hacer el idiota con mi hermano. – Ahora si – dije como si fuera una amenaza, entre mis manos cogí el bol de masa de croquetas y se lo puse en la cabeza como si fuera un casco. Después de eso y más temiendo por mi vida me separé de él, - Lo siento, Dean, lo siento – me disculpaba a la vez que me había puesto del otro lado de la mesa para que no me pudiera hacer nada.

Arqueé una de mis cejas al escuchar el comentario tan infantil que había hecho Dean acerca de Peter Pan. Luego escuché su pregunta, indirecta tal como siempre lo hacía, y me reí a carcajadas cuando me avisó de que no hacía falta que contestara. No iba a contestar, pero mi cabeza ya estaba maquinando una respuesta que darle.

Luego puse a escuchar su particular discusión, meneando la cabeza de manera que pareciera que estuviese asegurando que no tenían remedio, al tiempo que reprimía una pequeña carcajada.
Desde afuera podía observarles por la ventana de la cocina, y ellos no creía que lo supieran. ¡Como se estaban poniendo! Y lo peor.. ¡Como estaban poniendo la cocina! Aunque.. ¿qué narices? Era el primer día que trabajábamos.. y, para qué mentir, a mí me apetecía salir también un día de la regla general. Tiré el cigarrillo y lo aplasté con el pie, apagándolo. Entré casi sin hacer ruído en la cocina y, al pasar por una de las encimeras unté las dos manos en huevo y después en harina. Me acerqué a ellos por detrás, totalmente concentrados en mancharse el uno al otro que ni se habían dado cuenta de mi presencia. -¡Eh! ¿Se puede saber qué hacéis? -Y de repente.. ¡Plaf! Mis dos manos aterrizaron en sus caras de un modo suave, pero iban llenitas de aquella "masa" con la cual me había manchado mis manos para, poco después, untársela en la cara a aquellos dos. Moví mis manos por sus caras, para estenderla bien. Cuando estuvo terminado el trabajo, me separé con una sonrisa de oreja a oreja. -Crecer anda, crecer.. -Dije muy divertido al verles.

Me eché a reir al ver la cara que se le habia quedado a Sarah cuando le tiré la harina al pelo y me reí mas aún cuando tras haberme llenado a mi la cara de masa, le devolví aquello y le dejé la cara llena a ella. Me tapé la boca en un intento de ahogar el ruido de mi risa, pero lo que conseguí fué llenarme la boca de una mezcla extraña de masa de pizza, masa de croquetas, y harina.
- Puag.. - dije escupiendo lo que se me habia metido en la boca. - Mira que cocinas mal..- bromee mientras me limpiaba con uan toalla y miraba que chris no nos viera.

- ¡Una mierda!- exclame cuando Sarah dijo que ese dormiria en mi habitación conmigo. - ¿Esas loca? - la escuché mientras intentaba decirme indirectamente "te aguantas porque se va a quedar". Puse cara de pocoa amigos cuando vi que yo no podia hacer nada al respecto de si el chabal se venia o no, de repente cai en que si venia me lo pasaria mejor tenia intención de divertirme con el. si el chabal se despertaba rodeado de papel higienico y huevos, yo, no queria saber nada al respecto.- Bueno que se venga, pero en mi habitación no duerme, es mas como lo vea dentro de ella haré que se arrepienta. ¿Estamos enana? - intenté no reirme al decir eso. No se me dava bien hacer de ogro, ese papel le salia mejor a Chris.

Volví a mirar a Chris, que, por lo visto habia salido fuera. Era mi portunidad de liarla, pero de golpe escuché un grito por parte de mi hermana y un bol encima de mi cabeza.
Cerré los ojos y me aparté la masa de la cara, lo volvi a abrir y me puse un dedo en la boca.
- Sigo diciendo que cocinas mal, le hace falta sal a esto..- tras decir eso arrevoleé el paquete de harina hacia mi hermana y cojí el paquete de huevos y se los fuí lanzando uno por uno.
- ¡Strike uno!, ¡Strike dos!, ¡Strike tres! ¡Fuera! ¡Bateadora eliminada!- diej entre risas mientras seguia tirando todos los huevos que me quedaban en el paquete.

Algo me saco de mi "partido de beisbol", la voz de Chris me giré para mirarle y de golpe..¡plaff! Volvia a tener la cara cubierta de masa, bueno, yo y Sarah.

[…]

Mi hermano y yo seguíamos tirándonos todo la masa asquerosa que encontrábamos ante nuestras narices e intentaba no reírme de forma escandalosa con sus comentarios por miedo a que Chris se presentará en la cocina y nos matara por todo el desastre que estaba haciendo.

Escuché lo que decía sobre Daniel, - Tranquilo. Pasara más tiempo en mi habitación que en cualquier otra – terminé por decir para molestarlo, tan solo bromeaba o así quería que lo viera él. Pero seguro que alguna que otra noche mi amigo, el rubio, y yo dormiríamos en la misma habitación. No me importaba compartir habitación, era como mi hermano. Como a veces dormía con Chris o Dean. Era exactamente lo mismo, bueno, lo mismo mismo no. Pero casi.

La paz que había entre nosotros no había durado nada ya que volvía a mancharme y yo hacía lo mismo, - Seguro que cocinas tu mejor – agregué para picarlo, lo mio nunca había sido la cocina pero bueno, nadie se quejaba de las pizzas que hacíamos así que por ahora todo iba bien.
Una vez que lo había dejado manchado de lo lindo me había alejado de él pero este de forma graciosa había sabido como atacarme, - No, no, Dean, no – dije antes de que empezara a tirarme los huevos de esa forma. - ¡Noooo! – exclamé mientras me los tiraba pero nada, ahora ya era un caso perdido. El problema era que no sabía como iba a salir de allí y más de esa forma, - ¡Eres idiota! – me quejé y justo en ese momento cuando iba a correr hacia él para tirarlo o para simplemente pegarlo xD, una mano llena de más masa asquerosa nos había sorprendido tanto a mi hermano mediano como a mí, - Chris – me quejé, ahora también se unía Chris? Eso no podía ser. - ¡Puag! – me quejé ya que me había entrado en la boca, - ¡Que asco, mirar como estoy! – exclamé, no tenía nada limpio. La ropa estaba blanca y mi pelo lleno de masa. – Y todo gracias a ti, ¡Idiota! – bufé para ir hacia donde estaba Dean con paso apresurado pero resbalé con un huevo que había en el suelo y terminé con el trasero dolorido por culpa de la caída. Antes de que mis hermanos se empezaran a reír lo hice yo, - Evitar comentarios – me apresuré a decir, pero seguro que después de eso Dean no me dejaría tranquila. Seguía en el suelo mirando lo manchada y sucia que me encontraba, al igual que yo Dean y en lugar peor se encontraba la cocina.

Me reí a carcajadas, notablemente divertido por la escena que en esos momentos presenciaba. Estaban los dos sucios hasta decir basta, empapados de huevo, harina, masa.. y de todo lo que habían pillado por la cocina. Era consciente de que ahora tocaría trabajar a mayor velocidad para que a los clientes les llegasen las pizzas y que luego habría que limpiar aquel desastre, pero en ese momento daba un poco igual todo eso que rondaba por mi cabeza. -¿Qué pasa, pequeñaja? -Pregunté de manera inocente, como si en realidad no supiese de qué se quejaba.

Escuché lo que decía y me reí sin poder evitarlo, mordiéndome el labio para reprimir la carcajada, pero sin duda no pude hacerlo ya que se había resbalado con el huevo que había en el suelo y había caído de culo. ¡Lloraba de la risa! Pero se tenía que haber hecho daño. Me acerqué a ella y le tendí la mano. -¿Estás bien? -Pregunté, haciendo todo lo posible por que no se escapara ninguna risa furtiva de entre mis labios.

-Madre mía, que desastre.. -Comenté boquiabierto, mirando alrededor. La que habíamos montado en un momento.. aunque yo había sido poco participe de aquel estropicio. -¿Sabéis que vais a tener que limpiarlo luego, no? -Dije, quitándome el muerto de encima por así decirlo. Yo era el mayor y era el que tendría que dar la cara ante nuestros padres, y creo que eso era suficiente castigo por el momento. Lo de limpiar y hacer de chacha por unas horas era cosa de esos dos energúmenos que tenía por hermanos.

Me quité la masa de la cara y vi a Chris con las manos llenas de masa y me eché a reir. Me encantaba pasar estos ratos en la pizzeria con ellos y mas aún cuando mi hermano mayor dejaba de lado su faceta de ogro y se unia a mi y a Sarah en la pequeña batalla campal que nos montabamos siempre.

Miré mis manos llenas de masa y decidí probarla haber como sabia, pero cuando iba a ponerme el dedo en la boca Sarah empezo a gritar como una histerica, insultandome y de golpe senti la sensacion de que devia echar a correr. Cuando decidí hacerlo se escucho un porrazo.. ¡puum! y mi hermana en el suelo.

Miré a Chris y me eche a reir descarada, y escandalosamente.
- ¡Torpe! - grite entre risas mientras me arrastraba por la pared y me dejaba caer al suelo, estaba hasta llorando, me dolia el estomago, no habia reido tanto en mi vida. Chris fué directo a cumplir su papel de hermano mayor y fué a ayudarla a levantarse mientras yo, aun no podia parar de reir.

La risa se me cortó de golpe cuando menciono lo de que yo y Sarah limpiariamos la cocina. ¡La llevaban clara los dos si pensaban que yo iba a limpiar!
- Chris.. - dije mirando la cocina y no a el.

[…]

Con mi caída mis dos hermanos, ambos se habían matado a reír gracias a mí. - ¡Gracias! – me quejé desde el suelo, toda sucia y asquerosa. Esa noche iba a terminar peor de lo que pensaba, por lo menos mi hermano mayor hacía sido más atento y no se había reído de forma tan cruel como ahora mismo lo estaba haciendo Dean. Desde el suelo lo miraba de forma asesina, se las miradas mataran el gracioso de Dean ya estaría bajo tierra. – Ja Ja y Ja – volví a decir de mala manera desde el suelo, pero en eso Chris vino a ayudarme, - Si, estoy bien – me apresuré a contestar, bueno, la verdad era que me dolía bastante pero no le iba a dar más juego a Dean para que siguiera metiéndose conmigo. Me levanté con la ayuda de él y me toqué la zona dolorosa, mañana seguro que aparecía un gran morado en el lugar. ¡Genial!, en esos momentos maldecía la patosidad que siempre tenía encima y aparecía en los peores momentos.

Mis ojos se clavaron en Chris cuando dijo eso, miré a Dean cuando este paró en seco sus carcajadas, - ¿Quién se ríe ahora? – pregunté mirando a mi hermano mediano, - ¿Qué?¿Yo también? Me acabo de caer, y no me puedo ni mover. No, no estoy bien. Antes mentía...si que me duele – dije tan rápido y de forma dulce como pude. No quería limpiar todo eso, sería imposible limpiar todo aquello. - ¡De verdad! – terminé suplicar, - Creo que me va a salir un moretón – volví a decir de forma angelical. No podía hacerme limpiar eso, como siempre yo no tenía la culpa sino Dean. Siempre y siempre era Dean, pero también siempre y siempre terminaba pagando por todo lo que hacía el gracioso de la familia.

La subí con poco esfuerzo ya que pesaba poco y observé cómo se tocaba la zona en la que se había dado el golpe. Posiblemente, muy posiblemente, le saliese un bueno moratón. -¿Seguro que estás bien? -Pregunté por asegurarme, para después sacudirme las manos para limpiarme restos de harina que me quedaban y volver a mirar a mi alrededor. Sí, la habíamos liado buena..

-Eso.. ¿quién se ríe ahora? -Pregunté entre risas, pero me quedé pensando y cesé la diversión. -¡Eso! ¿quién se ríe ahora, eh? -Esta vez me referí a los dos, y acto seguido me reí. -No, Sarah.. tú también vas a limpiar. ¡Por supuesto que lo harás! -Dije, muy convencido de que le haría.. y ya se cuidaría ella de no hacerlo. -Yo soy el que me voy a comer el marrón de la bronca, así que vosotros tenéis que limpiarlo. -Argumenté, mirándoles a los dos seriamente. Era hora de hacer mi papel de hermano mayor. Así que dicho y hecho, saqué de un armario balletas, la fregona y los artilugios para limpiar y los repartí entre ambos. -Podéis empezar.. -Me dispuse a salir por la puerta, pero antes de hacerlo me giré de repente y les apunté a ambos con el dedo. -Y ya podéis dejarlo bien limpio, ¿me oís?

Dicho esto salí de la cocina y vi que, al menos, algunas de las pizzas ya estaban hechas.. tan sólo había que calentar algunas un poco más y para eso podíamos usar el horno de fuera. Suspiré de alivio.. Esperaba que en unos minutos, como mucho quince, la cocina estuviese un poco decente para poder seguir cocinando. Si no, nos íbamos a meter en un buen lío.

Me quede en silencio aún en el suelo observando la cocina, aún alucinando de lo mal que la habiamos dejado, nos habiamos superado con creces de la última vez que nos peleamos aqui dentro.

Arqué una ceja cuando Sarah empezo a hacerse la victima sobre la caida intentando que yo solo cargara con el marrón, pero aqui los tres sabiamos que si me tocaba a mi limpiar no lo haria y menos solo.

Decidí seguir en silecio escuchandoles, reí levemente cuando chris le cortó el royo a Sarah y le dijo que ella tambien limpiaria, pero mi risa se corto cuando le vi salir tan tranquilo por la puerta de la cocina, decidido a que el no limpiaria nada. Me puse en pié
- ¡Ah no, no listo! - le grité cuando salio de la cocina. -Sabes tan bien como nosotros que la bronca nos caera a los tres, no solo a ti, como mucho te achacaran que eres el mayor poco mas pues tu no has estado en la mitad de la batalla, pero aún asi has participado por lo tanto tambien te toca limpiar, si no lo haces me niego a hacer nada y me aseguraré de que Sarah tampoco lo haga. - miré a Chris desde donde estaba muy seriamente. Iba listo si creia que me iba a tomar el pelo.

Mi tierna actuación no había servido de nada ya que mi hermano nos había mandado limpiar de todas formas, - ¿Qué? No, Chris – me apresuré a pedir pero sabía que no serviría de nada ya que él se había encargado de tendernos todo lo necesario para que la cocina quedara tan limpio como antes o incluso mejor. Con disgusto cogí la fregona entre las manos y observé como mi hermano mayor desaparecía tranquilamente de la cocina para dirigirse al a parte delantera, siempre ocurría lo mismo. ¿Culpable? Dean, siempre era él. Cuando estaba a punto de decir algo, mi hermano se adelantó para decir algo realmente cierto a Chris. – Eso – en eso, bueno, por primera vez apoyaba a Dean. Me puse a su lado con la fregona en la mano, y una posición de desgana. – Hay que tratar mejor a los empleados, y no vamos a limpiar. – terminé por decir, él parecía el jefe de todo aquello cosa que no me importaba, era el mayor y como ninguno controlaba todas las cosas de la pizzería. Pero en ese momento y como buen hermano, tendría que ayudarnos a limpiar.
Dejé la fregona a un lado y me senté en la mesa llena de harina, ya tenía todo el pantalón manchado de ella por lo que no me importaba rozarlo un poco más del polvo blanco. – Entonces…¿Nos ayudarás a limpiar? – pregunté cambiando mi expresión acusadora de antes para poner una más dulce, como si eso realmente funcionara pero por lo visto Chris pasaba olímpicamente de todos mis intentos.

En todo ese rato me había olvidado del lugar, si los clientes nos habían escuchado o no o si las pizzas que estaban en el horno estaban a punto. Esperaba que nadie se hubiera dado cuenta de la batalla campal que había ocurrido en la piscina o mañana no tardarían en decirle a mi abuelo que “Sus nietos lo único que hicieron fue destrozar la cocina” . - ¿Esta llena la pizzería? - le pregunté a mi hermano mayor, si realmente estaba llena Chris no dudaría en matarnos. Habíamos desatendido todo por un buen rato, y todo por nuestras tonterías.

Me giré algo cabreado en cuanto escuché la peculiar rebelión que Dean estaba protagonizando. No sé por qué aquello me había recordado a aquello que había estudiado hace algunos años, la revolución del proletariado contra la tiranía de la burguesía. Rodé los ojos y sacudí la cabeza para evitar tales pensamientos y me apresuré a acercarme a la puerta de la cocina, donde Sarah estaba con la fregona entre las manos y Dean cruzado de brazos en medio de la cocina. -¿Qué? -Les miré a los dos, con el semblante serio. -Para empezar yo no he manchado nada, tan sólo a vosotros.. ¿Que queréis, que os limpie? Vamos, ni que se os pase por la cabeza. -Dije bromeando, aunque sin piza de gracia en el tono de voz. -Segundo.. ¡Eso está a reventar de gente! -Dije, señalando hacia el interior de la pizzería, donde acababa de entrar un grupo de unas siete personas, supuse una familia, a comer. -¿Y pretendéis que estemos los tres aquí limpiando? -Pregunté de manera retórica, sin esperar que ninguno de los dos abriese el pico. Proseguí. -Pues bien, listillo. -Me acerqué a Dean y le di una palmadita en el pecho, cogiendo a la vez una balleta para comenzar a limpiar. -Sal ahí y da explicaciones cuando aquel montón de gente empieze a preguntarse dónde cojones están sus pizzas. ¡A ver ver si lo haces tan sumamente bien como cuando te quejas! -Le empujé un poco hacia la salida de la cocina. ¡Ya era hora de que espabilase y viera lo que era el mundo real.. lejos de la fantasía de los cuentos de Walt Disney (xDDDD)

Acto seguido y sin tener que añadir nada más me puse a limpiar, empezando por todas las encimeras. Era mejor empezar por arriba, ya que si fregábamos primero el suelo corríamos el riesgo de que después al limpiar lo que estaba más alto volvier a caer la suciedad abajo. Y otra vez de nuevo tendríamos que limpiar.

Le pasé el brazo por los hombros a Sarah, por una vez en su vida me estaba apoyando y por eso se merecia una pizca de ese cariño de hermano mayor que yo tenia al fondo de mi corazón y que nunca le mostraba.

Miré la cara de Chris cuando se giró y, me arrepentí momentaneamente y me maldije por no saber mantener la boca callada, pero el arrepentimiento lo dejé de lado pues lo echo estaba echo y ahora tenia que afrontarlo.

Seguí mirando a mi hermano seriamente y me cruzé de brazos mientras me gritaba, tenia el don de ignorar a la gente cuando me gritaban por lo que lo único que me enteré fué: "Sal ahí y da explicaciones cuando aquel montón de gente empieze a preguntarse dónde cojones están sus pizzas. ¡A ver ver si lo haces tan sumamente bien como cuando te quejas!" y verme fuera en el local con toda la gente mirandome y preguntandose a que venian tantos gritos y seguramente tambien se estarian preguntando porque yo andaba lleno de comida de los pies a la cabeza.

Me aclaré la voz y les miré a todos con una sonrrisa.
- Señoras, Señoritas, Caballeros, Niños, niñas y no tan niños se preguntaran ustedes donde estan sus pizzas, ¿no? - dije mientras caminaba alrrededor de todo el local en busca de ideas de que decir. - Bueno pues, yo tengo la respuesta de eso, ¿nunca les ha pasado que estaban batiendo algo y todo ha salido por lo aires? Pues a mi si, ahora mismo y, para colmo se me han caido los huevos al suelo y mi hermana que estaba amasando a tropezado con ellos- me señale el bol que aún llevaba en la cabeza. - Creo que no hace falta que diga donde esta la masa de las pizzas..- reí y algunos de los clientes rieron conmigo. -Tenemos que limpiar la cocina, y volver a hacer sus pizzas, les pedimos paciencia y, para recompensarles, ¡la casa invita a chupitos!

Off: A mí no me salen graciosooos u.u, creo que se debe a la falta de imaginación y al sueño que tengo xD.

Tanto mi hermano como yo nos sorprendimos al ver como Chris se daba la vuelta, - ¡Oh, oh! – solo pude balbucear ante aquello. Me quedé atenta a la expresión de Chris y a cada palabra que decía, todo me hacía tremenda gracia pero no era el momento de empezara a reírme de la forma tan escandalosa y simpática como siempre hacía así que me llevé rápidamente la mano para taparme la boca de forma disimulada. Pobre de mí si estallaba en ese momento. Pero sí, tuve que estallar cuando mi hermano empujo a mi otro hermano para encontrarse con todos los clientes. La cara que le había quedado a Dean era para inmortalizarla. Sacarle una foto y luego subirla al Twitter.

Pero dejando las bromas a un lado me preocupé, había sido una locura aquello. Nadie sabía como podía salir el loco de Dean de aquella situación - ¡Chris! ¿Estas loco? – pregunté ante aquello, pero mi hermano mayor empezó a limpiar como si nada. Yo hice todo lo contrario y me asomé para ver como se las arreglaba ahora el gracioso de Dean, llego a estar yo en su lugar y me daría un gran ataque. Mataría a Chris, sí, eso lo tenía claro.
-¡Dios mío! – exclamé al verlo allí pasear por todo el local y buscando las palabras exactas para decir en ese momento, para defenderse por estar todo manchado de esa manera, - El abuelo nos va a matar – comenté para mi hermano mayor sin dejar de observar lo que hacía el otro delante de tanta gente, me sorprendí, bueno…no tanto ya que tenía que suponer que Dean iba a saber defenderse. Siempre se le ocurría que decir en cada momento para salvarse el cuello y esa vez no iba a ser distinto. Lo había logrado, y como muchos de los que se encontraban allí reí al escuchar aquello.
Cuando mi hermano volvió a la cocina le dí un abrazo, había conseguido salir de esa situación y nos había salvado, a ambos, ya que Chris nos ayudaría a limpiar. – Vaya, pensé que te iba a dar un ataque allí delante de todos. Pero lo has hecho bien – comenté después de haberlo abrazo. Había sido un acto impulsivo, nunca lo había abrazado así o siempre lo evitaba, no quería hacer muestras de cariño hacia Dean. Ya que nuestra relación siempre era molestarnos mutuamente y las muestras afectuosas y fraternales quedaban a un lado.

Al escuchar las palabras de Dean y, acto seguido, a Sarah aplaudirle la gracia estuvo a punto de darme un ataque epiléptico, otro al corazón y quedarme parapléjico, todo a la vez. ¡Pero que gilipollas que nos salió el renacuajo! ¡¿Cómo se le ocurre invitar a toda esa gente a chupitos?! Para empezar, aquel local era un local familiar, donde padres traían a sus hijos a cenar una buena pizza y a disfrutar del ambiente.. ¡Y no a pillar costumbre de beber chupitos después de comerse un gran helado de chocolate! Gilipollas, gilipollas, gilipollas.. Es lo único que podía pensar, a parte de sentir unas ganas irrefrenables de matarle. Apretujé entre mis manos la balleta que en esos momentos tenía sujeta e imaginé que era su cuello; No se que hubiera pasado si esa balleta azul y llena de masa no hubiera estado en ese momento donde estaba.

Por puro impulso salí disparado de la cocina, cogí a Dean de la camiseta y lo metí dentro de la cocina, cerrando la puerta al entrar para evitar que siguiera diciendo burradas e invitara a toda a esa gente a un puticlub, con todo pagado..! Porque.. ¿para qué engañarnos? Es que el tío era capaz.

-Tú.. tú.. ¿tú eres gilipollas, verdad? -Me quedé mirándole sin mover ni un sólo músculo. La vena del cuello se me había hinchado. La verdad es que daba miedo.. -Y no lo eres más porque no te entrenas. -Comenté. Sabía que me estaba pasando, pero es que si ya de por sí estábamos condenados a cadena perpetua por lo que habíamos hecho, ahora íbamos directos a la silla eléctrica. Y todo por el graciosito del "yo si creo en las hadas" de mi hermano Dean. -Pero a ver, tío.. ¿a ti qué se te pasa por la cabeza en el momento de invitar a chupitos a toda esa gente? -Me acerqué a él y, sintiéndolo mucho y sin poder evitarlo, le di una colleja más fuerte de lo normal. Como cuando éramos más críos y yo me sentía el rey del mundo. -Es que de verdad. ¿Te has fijado por un momento que hay críos ahí? ¿Y que esto no es un bar ni un pub? ¡Joder, macho, ponte gafas de una puta vez! -A decir verdad, cuando alguien me sacaba de mis casillas, me hacía perder los estribos o estaba cabreado hablaba bastante mal.

Sonrrei a todos los presente y los mayores estallaron a aplausos conmigo, pero de golpe mi momentanea felicidad se vio interrumpida por algo que me cojia del cuello de la camiseta y me metio para dentro, era, comono el amargado de Chris. Todo habia salido medianamente bien, ¡pero el tenia que quejarse!¡Claro! Porque el no esperaba que improvisase algo, el esperaba que entrase dentro acojonado y le diese larazon y que limpiase calladito. No tenia intención ni de disculparme por nada ni de arrepentirme de nada de lo que habia dicho es mas si hacia falta los pensaba invitar a todos a un puticlub ¡todo incluido, invita la casa!

Abrazé algo sorprendido a Sarah cuando entré y me felicito por lo que hize. Le di un pequeño beso en el pelo algo que nosolia hacer muy amenudo, por no decir que no hacia ni habia echo nunca. Le sonrreí y volvi mi atencion a chris. Le miré desafiante, sin miedo aunque de la manera en que me estaba mirando, y tal y como tenia la vena del cuello era para temerle.

Todo empezó con un " tu eres gilipollas"
alzé una ceja cuando le escuché -Yo no soy gilipollas ni mucho menos.-
"Y no lo eres mas porque no te entrenas"
- ¿Me estas tomando el pelo?- le replicaba todo lo que decia y tenia intención de segui asi hasta que se callase.
"Pero a ver, tío.. ¿a ti qué se te pasa por la cabeza en el momento de invitar a chupitos a toda esa gente?"
alzé la otra ceja, la que aún no habia levantado.- ¡Pensaba en quitarnos parte del marron de encima y darnos tiempo mientras limpiabamos-
"¿Te has fijado por un momento que hay críos ahí? ¿Y que esto no es un bar ni un pub? ¡Joder, macho, ponte gafas de una puta vez!"
-¡G I L I P O L L A S ! ¡Existe una cosa llamada chupito sin alchol!

Cuando me pegó la colleja me quedé un momento en estado de shock, hacia mucho tiempo que nadie me pegaba, nunca desde que crecí y Chris "maduró" habia permitido que nadie me levantara la mano.

Me sorprendí de la forma en la que Chris había cogido a Dean de la camiseta para traerlo hacia dentro, para sacarlo de allí y que no volviera a meter la pata. Cosa que me había causado mucha gracia pero también preocupación, eso era el principio del cabreo que estaba empezando a demostrar nuestro hermano mayor. Ahora temía por la vida de Dean, como antes era yo quien lo quería matar ahora Chris. Y con Chris no se jugaba, podía ser el chico más tranquilo del mundo hasta que le tocaban las narices.
Después de eso le dí el abrazo y él me beso el pelo, situación rara, pero bueno. La agradecía, de vez en cuando me gustaba saber que mi hermano demostraba el aprecio que me tenía y no lo ocultaba bien al fondo como hacía siempre.

Me volví a fijar en Chris y en todo lo que le decía a Dean, también lo que este le contestaba. Atenta a ambos, no podía creer lo que escuchaba. Cada cual decía algo y algo más gracioso por lo que no podía aguantar mucho tiempo más, y no pude, una risa graciosa salió de mí boca por lo que tuve que volver automáticamente a la seriedad que tenía encima. Además, no me gustaba verlos discutir, - Chris tiene razón Dean, no tenías que haber dicho lo de los chupitos. ¿Un helado?¿A las pizzas? Pero…¿Chupitos? – pregunté mirando a mi hermano para después dirigirme al otro, - Chris, Dean también tiene razón. ¿Cómo querías que saliera de esa? – pregunté, la verdad era esa. Ambos tenían razón, y no podía estar con uno u otro.

Mis ojos se abrieron tanto o incluso más que los de Dean ante la colleja de Chris, en un primer momento me pareció gracioso pero por lo visto a Dean no le había parecido lo mismo. – Ya, veo que lo dos soys gilipollas. Y como no terminemos de limpiar será el abuelo o papá quien empiece a repartir collejas voladoras. Así que vamos – terminé por decir dándole una fregona a cada uno y quedándome con la escoba. – Todo empezó bien, y fue culpa tuya – dije señalando a mi hermano mediano, quería decirlo, tenía que decirlo así poder molestarlo – Pero ya esta ¿no?. Hay que reconocer que fue divertido y hacía mucho que no nos uníamos los tres juntos para hacer el idiota. O que te unías – le dije a mi hermano mayor, - Así que no quiero que ninguno se enfade, que le haga la burla al otro o que se le inche la vena de esa manera tan acojonante. ¿Esta claro?– Dije como si fuera el general con la escoba en la mano mirando a sus soldados. Nadie diría que era la pequeña, pequeña pero mandona.
Ahora había sido yo la que se había enfadado. Desde pequeña había odiado que ambos chicos se gritaran o enfadaran, siempre lloraba cuando los veía de esa manera. Ahora no porque tenía cierta edad, pero de todas formas me dolía. Aunque sí, esta vez había sido verdaderamente gracioso.

-Escúchame bien, con atención Dean, porque no te voy a volver a repetir todo esto que voy a decirte. -Me acerqué a él, ya que era algo más alto e imponía bastante al estar cerca de cualquier persona. Le miré hacia abajo y comencé a enumerar ciertas cosas que quería dejar demasiado claras entre los dos. -Primero, sí eres un gilipollas. O al menos te comportas como tal. Segundo, no te estoy tomando el pelo; ¿Crees que te tomaría el pelo en una situación como esta? Tres, pensaste mal. ¡Mac, mac! Supongo que la próxima pensarás mejor. Cuatro, ¿acaso tenemos chupitos sin alcohol, o lo ibas a pagar de tu bolsillo? Y quinto: la próxima vez que quieras hacerte el héroe, métete un dedo en la nariz como cuando hacías de pequeño y espera a que se te pase. -Dije muy serio, aunque en el fondo me habían entrado ganas de reír al recordar las posturas graciosas que ponía mi hermano cuando era un crío.

Escuché detenidamente a Sarah cuando comenzó a hablar. Tenía razón en ciertos aspectos, no podía negarlo ni tenía suficientes argumentos para hacerlo, pero estaba claro que no iba a dar mi brazo a torcer. Joder, adoraba a ese chaval.. pero cuando se ponía en plan "me creo el rey del mundo y soy el más guapo de la zona" daban ganas de matarlo. -A ver, pero es que Sarah.. -No seguí hablando porque tampoco tenía ganas de liarla más de lo que ya estaba, así que accedí, más o menos, a limpiar y a mantener la boca cerrada. Y la botella de chupitos se la pensaba meter a Dean de supositorio.

Al cabo de unos veinte minutos logramos dejar bastante decente aquello, con lo que pudimos comenzar a hacer las pizzas que faltaban. Ellos dos se encargaban de hacerlas y yo de sacarlas y llevarlas a las mesas, junto con dos camareros más que trabajaban allí ayudando. Mis padres y mis abuelos, por suerte, no se pasaron por allí.. así que no tuvimos que dar explicaciones a cerca de lo que había pasado.

Aún estaba en estado de shock por lo que no me asuste demasiado cuando Chris, mas alto e imponente se me acercó a volver a insultarme indirectamente, o bueno, quizas no tan indirectamente. Estaba seguro de que todo eso lo estaba haciendo en un intento de volver a tener el la razón, de volver a como cuando eramos crios que yo acababa callado y acojonado de él. Le hubiese contestado una vez tras otra hasta que se marchase o hasta que nos liaramos a hostias pero no pude. Sus palabras me estaban sentando como puñaladas, como una patada en el estomago, como si me estubiese dando una bofetada por cada palabra que soltaba por la boca.

De golpe, como si ya no hubiese tenido yo suficiente con las palabras de Chris la otra empezó a gritar, y como si lo hiciesen a posta comenzó a echarme las culpas a mi. Permaneci en silencio mirando al suelo mientras la escuchaba, estaba claro quien era la oveja negra de la familia.. Me apoyé en la encimera de la cocina mientras, la seguia escuchando, parecia un sargento de esos del ejercito.

Acabaron de gritar ambos y sin mas agarré la fregona y me puse a limpiar, desganadamente, sin decir nada. No alzé la mirada del suelo en los veinte minutos que estubimos con la limpieza, tras limpiar Sarah y yo nos pusimos a cocinar. No la miré en todo ese rato y mucho menos miré a Chris cuando entraba buscando las pizzas.

Pasó el tiempo y llegó la hora de cerrar, no me lo pensé dos veces cuando vi la hora, me quité el delantal y salí de la pizzeria.

La noche había empezado algo caótica para terminar demasiado mal. Y eso que sólo era la primera en la que trabajábamos en la pizzería. Sin lugar a dudas, era consciente de que ambos teníamos la culpa, incluída Sarah, por seguirle el juego al enano de Dean.

Cuando llegó la hora de cerrar Dean salió disparado y Sarah hizo lo mismo poco después, mientras que yo me quedé haciendo inventario, por así decirlo, y contando el dinero de la recaudación de aquella noche.

A las dos de la mañana, más o menos, salí de la pizzería rumbo a un pub cercano al puerto, donde pasé unas horas para después irme a casa.