El vicio es el vicio. [Libre]

Hacía un par de días que había llegado a Maine, pero mi padre no me había dejado ni un solo segundo, siempre me había tocado hacer las cosas de la casa y llevaba dos días limpiando el desordenado apartamento y haciendo la compra de la semana y al parecer de todo el verano. No había tenido ni un minuto para ver a mis chicos, como les decía con cariño, así que había decidido, ahora que mi padre me había cedido la libertad provisional, ir al ciber del pueblo y mirar a ver si había alguien conectado para encontrar algún plan interesante.

Fui en mi skate, como siempre, asustando a las viejcitas al pasar, con un cigarro entre los labios y la música a todo volumen en los auriculares. Por fin había llegado el verano a Maine y con él, yo. Apenas podía quitarme la ancha sonrisa de mi rostro, amaba ese lugar, era como el sitio donde solo existía la diversión, las fiestas y la amistad. Eso era la buena vida.

Cuando por fin llegué al ciber me pedí un gran helado (OFF: un ciber-café? o uno norma?) cogí un ordenador y me senté para encenderlo. Tamborileé con los dedos esperando que el lento sistema se cargase de una vez, cuando me dio por volver la mirada hasta la barra, cuando me sorprendí con una cara conoida.

Ese era uno de los extraños dias enque yo, el raro de Dean me habia levantado con buen humor. Normalmente solia estar de mala hostia por las mañana, cojia la moto y hasta que no me despejaba no hablaba con nadie, pero ese dia era diferente. Tal vez el motivo fuese por el echo de haberme despertado solo en casa o, simplemente porque no le habia visto aun la cara a Chris. cualquiera de los dos era valido.
Bajé al salón, desayuné, me duché y sin pensarlo dos veces salí a dar una vuelta por el pueblo. Tras varios dias de lluvia y mal tiempo, hoy hacia un sol radiante. Parecia que Maine ya estaba preparado para ver a los turistas y los habitantes dar vueltas por el pueblo.

Hay veces que cuando llevas un rato caminando por la calle bajo el sol sientes que tienes sed y, este era uno de esos momentos. El sitio para poder beber algo que tenia mas cerca era el ciber, asi que sin mas entre para comprarme algo. Me metí las manos en los bolsillos en busca de dinero, tenia algunas monedas sueltas, perfecto.

Cuando la camarera me vio en la barra se me acerco preguntando que era lo que queria.
- Una botella de agua porfavor.- contesté mientras sacaba las monedas de los bolsillos. Me quedé allí parado esperando a que me diese la botella y poder seguir con mi paseo.