Pasando la tarde {Hugo}

Después de que pasaran un par de horas después de la comida decidí salir. Ya que hoy hacía bastante calor decidí ir hasta la playa para así poder bañarme y pasar el rato. La casa no estaba demasiado lejos de la playa, tan solo tardaría unos minutos en llegar a ella. Después de haberme puesto el bikini, haberme echado la crema, haber cogido la toalla y haber avisado de que me marchaba salí por la puerta y caminé por las desiertas calles. Supuse que la mayoría de la gente estaría en la playa aprovechando el calor que hacía hoy. Aunque yo pensaba que hacía demasiado. Pronto llegué a la playa, pero al ver que estaba llena, decidí ir a un lugar más apartado al que siempre iba cuando la playa estaba demasiado llena. Ventajas de vivir aquí todo el año. Un día había descubierto un trozo de playa al que no iba mucha gente, pocos conocían ese lugar debido a que había que andar un poco más y estaba algo más escondido, pero merecía la pena. Diez minutos después llegué allí y como había supuesto no había mucha gente. Extendí la toalla y me senté en ella. Dentro de poco tiempo me iría a dar un baño.

iba montado en mi bici irreconocible, bueno... Era de mi primo Drew, pero como no la usaba mucho, la usaba yo desde hcia un par de dias.
Habia estado haciendo caminos con la bici, haciendo el loco, arriba y abajo del paseo, mientras contemplaba el mar y la de gente que habia en la playa.
No cabia ni un alfiler mas, habia que ver la calor que hacia y no podria ni estirar la toalla.
Un flash me vino en la cabeza, una imagen de mi abuelo y yo en una playita pequeñita no muy lejos de aqui, donde la arena era mas fina y tambien daba el sol. Ahi me llevaba mi abuelo con mi primo a enseñarnos a nadar, cuando eramos verdaderamente renacuajos.

Asi, que me dirigi hacia ahi, apoye mi bici en un muro y me baje las Ray-Ban de la cabeza, ya que el sol deslumbraba.

Me quedé un rato más sentada en la toalla mientras escuchaba el sonido de las olas al chocar contra la arena de la orilla. Era un sonido relajante y agradable. Me alegré de haber ido hasta aquí y no haberme quedado en el otro sitio donde había mucha más gente, pues allí seguramente no se podría apreciar todo tan bien como aquí. Observé cómo la gente a lo lejos surfeaba y sonreí. Me gustaba surfear y hacía ya un tiempo que no lo hacía, por lo que pensé que este verano, tendría que hacerlo. Tal vez podría conseguir que alguien viniera conmigo. Pero por el momento decidí ir a darme un baño. Hoy no podía hacer surf ya que no tenía la tabla, pero aquello no me impediría que pasara un buen rato, aunque fuera sola. Caminé hasta la orilla del mar y me fui metiendo en el agua poco a poco. Cuando el agua me llegaba por las rodillas decidí meterme de golpe, pues si no, no sería capaz de meterme. Tardaría siglos. Y así lo hice. Después estuve un rato nadando por allí. Cuando salí del agua me tapé con la toalla. Más tarde me volvería a meter si me daba tiempo. En ese momento vi a alguien a lo lejos que me resultó conocido, pero no pude averiguar quién era y no pude estar segura de si realmente le conocía. Le miré unos instantes.

Habia acertado. Aquella plaiyta era la mejor opcion, habia cuatro gatos y nadie parecia molestar a nadie, todo el mundo a su rollo, tranquilito, lo que me gustaba ami.
Me saque las bambas y los calcetines y me adentre en la arena, quitandome tambien la camiseta y dejandome el bañador de pantalon que ya llevaba puesto al slair de casa, saque la toalla de la mochila y tire todas las cosas en la arena y ese seria mi sitio.

Fui corriendo hacia el agua, yo, era un poco niño en ese sentido, muy delicado con el agua fria, pero como habia visto a una rubia muy guapa, decidi hacerme el xulito y me tire de cabeza, ya que en verdad, estaba de lo mas acalorado y sudado con mi excursion. Despues de hacer cuatro tonterias en el agua, pase por al lado de aquella chica, ya tumbada, y le tire un poco de arena y gotas que se me caian sin querer.
- Perdona. Le dije, aunque aun no le habia visto la cara, parecia mona, como no... Yo siempre metiendo la pata.

Dejé de mirar al chico unos segundos después ya bastante segura de que me había equivocado: no le conocía. No seguí mirando pues pensaba que era de mala educación. Dirigí mi vista hacia la gente que había en la playa –que era poca- y después volví la vista al mar. Aquel lugar, con el paso del tiempo, se había convertido en uno de mis lugares preferidos. No iba muy a menudo, pues cuando no era verano, en la otra playa no solía haber mucha gente y tampoco iba mucho porque no hacía tan buen tiempo, pero en verano era la estación en la que más iba y me agradaba.

El cielo estaba completamente azul, acompañado de un sol radiante. No había ni una nube para tapar el cielo o el sol, por lo que hacía mucho calor y un baño siempre se agradecía. Volví a ver al chico al que había observado antes unos segundos después, pues se había metido en el agua y estaba haciendo tonterías. Sonreí un momento y después bajé la mirada, pues no podía ver a penas debido al sol. Unos minutos después sentí unas gotas de agua que sabía que no eran de antes porque ya estaba prácticamente secada y noté un poco de arena. Alguien se disculpó y miré hacia arriba para averiguar de quien se trataba. No todos se disculpaban, la mayoría habrían pasado de largo sin decir nada. Observé al chico, al que había mirado ya antes. -No pasa nada- dije únicamente.

Un flechazo se me paso por la cabeza al ver a aquella chica con el pelo mojado, era rubia y algo en ella me recordaba algo... Nose, no sabia donde la habia visto antes, me sonaba mucho y era realmente guapa.

Solte una timida sonrisa al escuchar su dulce voz. Me dirigi a mi toalla, pasando de largo, me habia puesto realmente nervioso sin motivo ni razon alguna. Me sente en mi toalla como un niño pequeño, cruzado de piernas y toqueteando la arena, con la cabeza agachada... Queria hablar con ella pero no sabia de que, ni como empezar ha hacerlo.

Si, era un niñato aun y estas cosas aun me hacian serlo mas. Lo unico que se me paso por la cabeza fue irme acercandome a ella poquito a poco, moviendo con el culo la toalla, aun sentado y arrastrando las chanclas y la mochila detras de mi. Vigilando, que si ella levantara la cabeza, no me pillara "in-fraganti"

A pesar de ya estar completamente segura de que nunca había hablado con él su cara me sonaba de alguna parte. No sabía si le habría visto algún otro verano o este verano en alguna parte, pero igual que estaba segura de que nunca había hablado con él, estaba segura de que ya me había cruzado con él en alguna otra ocasión. Sabía que no vivía allí, pues al ser pocos habitantes nos conocíamos más o menos todos de vista, pero le había visto en otro lugar. Me pareció bastante extraño, pues no creía que me hubiese pasado desapercibido, pues igual que me había fijado en él esta vez, estaba segura de que me hubiese fijado en él antes y me hubiese acordado. Era una sensación extraña, pero no le di más importancia. El chico sonrió un momento cuando hablé y me encandiló. Y no aparté la vista de ese lugar –a pesar de que había seguido caminando- hasta unos segundos después.

Me volví a tumbar aunque ahora miraba por el rabillo del ojo al chico de vez en cuando. No sabía por qué no le hablaba directamente, pues con otra persona lo hubiese hecho. Hubiese empezado presentándome o haciendo cualquier broma para romper el hielo, pero ahora no me salía ni una palabra.

Habia sido como un flechazo raro, aquella chica tenia algo especial... ¿Quizas habia sido mi amor de la infancia? No sabia... Pero esa carita me gustaba.

Habia llegado un punto que ya estaba muy cerca de ella. Respire hondo y me arme de valor.
- Quien no arriesga, no gana. Me repeti entre mi, casi susurrando. Me levante y me fui todo decidido hacia ella, como estaba tumbada me agache, para estar mas a su altura.
- ¡Hola! Dije, como un tonto, quizas rojo y todo. ¿Tienes mechero? Segui, tragando saliva, esperando que me dijera que si... Ya que sino, me tendria que ir por donde habia venido, sin haberme servido de nada y con el rabo entre las piernas, como los perros. Mientras esperaba su respuesta, que se me hicieron ese par de segundos eternos, puse mi sonrisa mas sincera.

Al final me di por vencida por no recordar quién era, seguramente le habría visto alguna vez de pasada o simplemente había sido mi impresión. No me solía olvidar de la cara de la gente, en eso era buena y sabía con total seguridad que la suya precisamente no se me olvidaría. Además, si le hubiese conocido él me habría dicho algo, pero ese no había sido el caso. A no ser que él no se acordara de mí… Moví un poco la cabeza para dejar de pensar en ello. Al fin y al cabo era una persona como otra cualquiera, aunque a mí no me daba esa impresión; no me parecía uno cualquiera.

Dejé de pensar en ello, aunque unos segundos después escuché una voz que había oído hacía poco. Esta vez no tuve que alzar la cabeza, pues el chico se agachó. Le miré un momento mientras me saludaba. No dije nada. Me quedé cayada como si fuera estúpida. Genial. Una vez que tenía que hablar y no lo hacía. Pero el chico me hizo una pregunta. Al principio no le entendí pues estaba sumida en mis pensamientos, pero un momento después me di cuenta de lo que había dicho. Pensé que debía parecer idiota, por lo que decidí contestar: -No. Lo siento, no tengo- di una negativa. No fumaba, no me gustaba. Aunque en ese instante me hubiese gustado hacerlo o al menos llevar un mechero. Sacudí la cabeza y decidí decir algo ya que supuse que si no el chico se marcharía de nuevo. -Me llamo Abigail- las palabras salieron solas y me alegré de ello. Sonreí.