Un día pesimo.... [Libre]

Hoy no era mi dia... sinceramente, no tenia gans de hacer nada, quiza en este lugar, el cementerio de Maine, alomejor alli encontraba la calma y dejaba de romper mi corazon, mi padre, el unico recuerdo de el era el colgante que tengo siempre en el cuello.Lo saque y las lagrimas empezaron a bajar sin control, necesitaba un abrazo... solo eso....

(si no te molesta hago acto de presencia)
Había decidido que llevaría flores a algunas tumbas de ahora mi nuevo hogar, el lugar al cual me había decidido mudar para probar mejor suerte y es que ya no podía llevar flores a la tumba de mi madre porque quedaba a cientos de miles de kilómetros lejos de mi, pero podría tal vez llevarle un pequeño recuerdo a aquellos de quienes ya se habían olvidado, porque yo a mi madre nunca la olvidaría, pero nada me aseguraba que ocurriese eso con todas las personas, seguro que había tumbas descuidadas, cayéndose a pedazos por los años y el mal clima, con la piedra erosionada y plantas trepando por todos lados, suspire ante tal idea, debía ser trágico pasar a mejor vida y que nadie te recordara.

Andaba entre las tumbas dejando algunas que otra florecilla sobre algunas, las que lucían mas abandonas, llevaba rosas, orquídeas, tulipanes, aves del paraíso, todo hasta que una figura llamo mi atención, un joven no mucho mayor que yo, lloraba…era extraño ver a un hombre llorar mas a la vez algo inolvidable, porque hablaba de que algo malo le ocurría, un hombre no llora solo por que si, era esa al parecer una de sus tantas y absurdas reglas.

Me mordí el labio inferior acercándome con lentitud aun con algunas flores que formaban un hermoso ramillete sujetas –disculpa…te encuentras bien- le pregunte ubicándome a un lado de el mientras rebuscaba en mis bolsillos por algún pañuelo, aunque no solía cargar con ellos nadie quitaba que en aquella ocasión cargara con uno, mas como ya lo suponía no llevaba nada.

Me limite a observarlo en espera de una respuesta, aunque lucia bien y esa era una pregunta algo tonta, era un buen inicio para conversar y en lo posible ayudarle a sentirse mejor, porque conocia perfectamente ese sentimiento de que algo falta.