Arantza Balbiani

Nombre: Arantza Balbiani

Apodos: Aro, Ari.

Edad: 18

Grupo: Habitante de Maine

Descripción:

Spoiler:

Descripción Psicológica: Es una joven energética y abierta, no le gusta la soledad por lo que le llega a ser en extremo fácil relacionarse con las personas. No le molesta abordar a las personas para charlar, tiende a hacer bromas y le gusta estar con las personas que le hacen reír sin parar. No le gustan los problemas por lo que no suele responder a agresiones, le gusta probar cosas nuevas y hacer deportes. No se cierra ante ninguna posibilidad siempre y cuando esta no valla contra sus valores y parezca algo que le haga pasar un rato divertido. Evade cualquier problema pues es su coraza para no volver a sufrir, sonreí constantemente.

Hobbies: Bailar
Practicar cualquier deporte inusual o extremo
Sabe tocar la batería y canta bastante bien


Le agrada: La música
Reír
La gente que le hace reír
Los deportes


Le desagrada:
La gente cerrada o demasiado seria
La gente hipócrita o demasiado falsa
El alcohol y los cigarros
El fuego, la paraliza


Historia: Nació en el seno de una familia adinerada, con todos los lujos que el dinero podía darle y dos padres que le daban la atención perecida. Creció y fue al kínder como cualquier otra niña, con una madre como guía y ejemplo de lo que estaba bien y lo que era incorrecto, era ella una bailarina de ballet retirada por lo que desde corta edad inscribió a Arantza a clases de danza particulares en las cuales se desarrollo a la perfección, pues el gusto por el ritmo y la música lo que la ínsito a comenzar de igual manera a aprender a tocar la batería, lo cual le dio hasta cierto punto mayor ritmo a sus movimientos.
Su madre fue siempre su soporte y su mejor amiga, pues a padre poco le veía pues era un hombre de negocios, que si bien siempre le expreso su cariño nunca logro de igual manera pasar demasiado tiempo con ella.
Cuando cumplió 16 años se le diagnostico a su madre un cáncer en la matriz bastante avanzado, nada se podía hacer ya por ella por lo cual falleció días antes de un importante concurso de Arantza, en el cual participaría bailando para intentar ingresar a una prestigiada escuela de danza.
No logro audicionar por el dolor que conllevaba pisar nuevamente un escenario, lo cual indudablemente le recordaba a su madre hasta llevarle a las lagrimas.
Siguió practicando la danza mas ya no como un estilo de vida sino como un pasatiempo, desarrollo desde entonces cierto gusto por los deportes diferente, el snowboard, el surf, el motocrosss o actividad como el boungi. La adrenalina que eso conllevaba le hacia olvidarse por un par de minutos de sus problemas.
Cumplidos los 18 sus amigos decidieron hacerle una fiesta en una casa de unos de estos, muchos chicos con cigarros y alcohol se paseaban por aquí y por allá, para cuando fue a caer en cuenta la casa se estaba incendiando y ella junto con uno docena mas de jóvenes se encontraban aun adentro, lograron salir a duras penas y desde entonces el fuego le paraliza.
Después de eso se dio cuenta que esa no era la vida que quería llevar, decidió mudarse para probar suerte, conocer nueva gente, hacer nuevas amistades y fue así como llego a Maine.

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