Será la rutina del verano...[Daphne]

[Off: Domingo por la tarde, día soleado y sin intención de cambiar, perfecto para un día de playa]

Tenía la vaga impresión de que este verano se me estaba haciendo algo largo. Vale que el pueblo era precioso, que la playa era genial y que ya tenía bastantes amigos, incluso una pandilla, pero no sé, había algo que me faltaba. Necesitaba poder contarle mis problemas a alguien, un amigo que supiera escuchar y aconsejar, uno de esos que te duran toda la vida. Pero claro, parecía que hasta esa faceta de la gente se marchaba de vacaciones de verano. La gente de este pueblo podía ser todo lo simpática y enrollada que quisiera, pero pocos habían que supieran aguantar mis paranoias y demás brotes psicóticos que tenía de vez en cuando.

Paseaba de un lado a otro del acantilado, con las manos metidas en los bolsillos de los jeans, pensativo. Observé la playa desde allí, estaba totalmente llena. Probablemente mis amigos estaban disfrutando del sol, pero yo ese día preferí marginarme, tenía unas cuantas cosas que aclarar con mi yo interior. Tuve gran suerte y el acantilado estaba casi vacío, así que podía hacer todo lo que se me viniese a la cabeza sin molestar a nadie. Me acerqué al filo, y chuté una piedra, que cayó directa al mar, desapareciendo entre las olas. Visto desde detrás parecía que me iba a tirar yo, pero no era tan suicida como para hacerlo. Aunque quizás otro día, con más compañía...

El día de hoy era realmente encantador, ni una sola nube cubría el cielo y al parecer la gente lo aprovechaba al maximo, mientras caminaba por el lugar observé a muchas personas caminar hacia la playa, listas para pasar su tarde bronceandose o jugando un poco de voleybol, pero bueno aunque siempre existen sus excepciones, la unica chica que no se veía tan feliz por pasar el rato en la playa era yo, ya que ultimamente el buen humor me habia abandonado casi por completo, es que mudarse a un lugar nuevo nunca era una buena sorpresa y eso yo mas que nadie lo sabia.
Mis pies hicieron que me dirigera inconscientemente al acantilado, ese que habia observado de lejos varias veces, pero nunca me habia atrevido a visitar, no es que tuviera vertigo a las alturas, para nada, pero creía debia ser cuidadosa, no quería que si caía mis padres pensaran que me habia suicidado, aunque ahora que eso cruzaba por mi mente, no sería esa una muy buena idea? La sonrisa apareció en mi rostro al darme cuenta de las locuras que pensaba, parecía que en verdad todo este cambio me estaba afectando.
Una vez dadas unas cuantas vueltas por el acantilado, a lo lejos de mi cuando ya estaba apunto de tomar mi camino de regreso a casa, observé a un chico que se encontraba en la orilla y por la inclinación de su cabeza mirando hacia abajo, estaría pensando en saltar? Miré a mi alrededor, pero las pocas personas que se encontraban por ahí no prestaban atención asi que decidí olvidarme un momento de regresar a casa y caminar con cuidado hacia donde el se encontraba -Debatiendo si saltar o no saltar?- Pregunté con una media sonrisa mientras me ponía a su lado, intentando no asustarlo, no quería ser la causante de algun tipo de accidente.

Levanté la cabeza en cuanto escuché una aguda voz, que al parecer me hablaba a mi. En un acto reflejo retrocedí un paso, no quería acabar cayéndome por accidente. Miré a la chica, que me miraba con una media sonrisa que me contagió. Encogí los hombros, no estaba pensando precisamente en tirarme, pero tampoco era mala idea en un día melancólico.
-No era precisamente mi intención -le dije finalmente, no sabía ni quién era pero me sentía con ganas de hablar- Pero no creo que mucha gente me echase de menos -hice una mueca de conformidad, no era tan querido en este pueblo como para que lloraran mi muerte. Bueno, quizás alguna lágrima habría. Miré al mar y devolví la mirada a la chica, sus azules ojos eran realmente asombrosos, magníficos, al igual que su níveo rostro, que lograba mantener la inocencia de una niña con las pequitas. Si, era mona. ¿Quién sería? No la había visto en lo que llevaba aquí, y sentía curiosidad.
-No tengo el placer de saber tu nombre -dije con una educación impropia de mí- Yo soy Elliot, ¿tú eres...?

Mi ojos se encontraban mirando hacia abajo, donde buena cantidad de olas chocaban con los simientos de las piedras haya abajo, no deseaba marearme asi que levanté la mirada hacia el chico tomando una buen bocanada de aire, parecía que mi miedo a la alturas podía comenzar desde hoy. Escuché con atención al chico, que para mi no sorpresa, ni siquiera conocia, pero bueno por algun lado tenía que comenzar a socializar y los casos de pesonas al borde del suicidio podían ayudar.
-Bueno, pues parecía todo lo contrario- Dije aun mirando al chico intentando parecer agradable, aunque en realidad lo era, escuché su deprimente comentario y fruncí un poco el seño no entendiento muy bien el porque el pensaría algo asi, pero antes de hacer algun comentario al respecto lo escuché presentarse cosa que agradecía debido a que no deseaba pasar el tiempo que durara la conversación con un completo extraño, aunque en realidad si lo era -Daphne, alias la "Salva-vidas"- Hice un ademan de lo ultimo como si se encontrara en uno de los panoramicos de las grandes ciudades, sabia que el no habia estado a punto de hacer algo que atentara su vida, pero el apodo en si era gracioso y por supuesto quedaba perfecto en mi -Ahora explicame eso de que crees que la gente no te echaría de menos si algo malo te llegara a pasar- Pedí cruzandome de hombros dando algunos pasos hacia atras, para estar un poco mas lejos de la orilla.

Observé como ella también retrocedía, tal vez solo era por precaución, o quizás tendría vértigo o algo de eso, aunque no lo creía, si no no se habría acercado.
-Un gusto, Daphne -me gustó el nombre, era elegante a la vez que familiar, en fin, muy bonito- ¿Ese apodo te lo has puesto gracias a mi, o tienes tendencia a rescatar personas al borde de un casi-suicidio? -reí levemente, mi humor había cambiado, en parte, al menos ahora me sentía con más energía.
Me pensé la respuesta a su comentario, en realidad lo había dicho por decir, pero quedaría bastante mal con esa razón, y no era plan. Volví a encogerme de hombros, poniendo cara de cordero degollado.
-Digamos que...soy un novato en Maine, no tengo demasiadas buenas amistades por aquí -señalé con la cabeza todo el pueblo que se podía avistar desde el punto en el que me encontraba. Algunos de mis "amigos" estarían en la playa, otros haciendo skate, algunos más haciendo el vago...Vamos lo típico que se hace un domingo por la tarde en pleno verano. ¿Sería yo algo rarito?- ¿Y a ti que te trae por este lugar tan alejado? -pregunté curioso. Ella, al igual que yo, tendría un motivo para estar allí arriba, uno no se caminaba el cerro entero para simplemente subir a un acantilado a pasar el rato.

Mi risa se hizo presente al momento de su pregunta, ahora que lo pensaba nunca antes habia intentado "salvar" a alguien de algun tipo de problema por el cual debian acabar con su vida pero sabia que si estuviera en cualquiera de ese tipo de situación probablemente trataría de hacer algo para ayudar a esa persona. -En realidad tu eres la primera persona que eh recatado- Si es que eso se podría decir rescatar pues en realidad el no habia intentado matarse -Asi que creo podría comenzar a ser algun tipo de superheroína y salvar a los demas, que opinas?- Pregunté intentando no reir, probablemente si comenzara mi trabajo intentando salvar a los demas sería todo un fraude aunque podía tener algun tipo de habilidad con eso sabía no podría hacerlo sería demasiado duro.
Escuché su explicación acerca del comentario que hace unos momentos el mismo habia dicho, alcé una ceja al darme cuenta que yo estaba en la misma situación, definitivamente ser nueva en los lugares no le agradaba a nadie -Bien, pues tu eres el primero con el que platico desde que llegué considerate afortunado y espero que si algo me llega a pasar sueltes por lo menos algunas lagrimas de lastima, caerían bien- Probablemente si yo muriera mis padres estarían destrozados pero en mi caso ellos si serían los unicos que llorarían en mi despedida. Sacudí mi cabeza intentando no pensar mas en la muerte pues en realidad eso solo servia para darme escalofrios. -Pues deseaba conocer un poco mas del lugar- Respondí a su pregunta mirando a mi alrededor -Soy nueva en este lugar y viviré aqui por algunos años mas, asi que solo deseaba conocer- Me encogí de hombros, mostrandome no muy feliz por ello, si, cualquiera podía notar que no estaba muy de acuerdo con la decisión de mis padres, pero que importaba ahora? Al fin y al cabo ya me encontraba ahí.

No pude evitar una pequeña sonrisa al comprobar, por fin, que no era el único nuevo en el pueblo. Era gratificante saber que al menos habría una persona que no me miraría por encima del hombro, y es que, aunque fueran todos muy majos, siempre se podía notar que te veían como alguien algo apartado, que no conocía el sitio tan bien como ellos.
-Esperemos que no te pase nada, me has caído realmente bien -me sonrojé levemente, esa chica tenía algo que me ponía ligeramente nervioso.
No me gustaba hablar de muerte, espíritus ni cosas de esas, lograban hacerme temblar, por lo que agradecí que cambiara de tema.
-Por tu expresión veo que no eres lo que se dice muy "feliz" por haber venido a Maine -fruncí el ceño, quién sabe lo que le habría traído al pueblo, pero seguro que no había venido por propia voluntad- ¿Me equivoco? -seguramente la respuesta sería negativa, si de algo sabía yo era de interpretar las expresiones de la gente.

Le sonreí de una manera un poco timida, cosa que se me hacia bastante raro ya que no solia reaccionar de esa manera ante los comentarios buenos que las personas tenían hacia mi, probablemente era porque lo acababa de conocer y que alguien nuevo en mi camino me dijera eso siempre era un tanto halagador -Gracias lo mismo digo- Dije con sinceridad mostrando una sonris ante su leve sonrojo, no habia recordado ver a un chico que lo hiciera y era una sorpresa realmente agradable.
El tema ya habia sido cambiado, pero deseaba no hubiera salido a flote ahora lo de su mudanza, pues no me habia equivocado al pensar que mi no felicidad acerca de este lugar se podía reflejar en mi rostro -Pues no, no te equivocas- Suspiré con algo de pesar -Todo este cambio, la mudanza, no es muy buena para mi, eh dejado todo en mi antiguo hogar- Dije refiriendome a todo, menos lo material, ahora como podía contar con mis amigos? Todos se habia quedado en tan extrañado lugar, aunque sabia conocería a otras personas, no sería lo mismo.

La comprendía perfectamente, yo pasaba por algo similar, aunque lo mío no era ni mucho menos tan permanente. Pero yo también había tenido que rechazar un verano de ensueño con mis amigos de casa, algo que quizás no se repetiría, y todo por mi padre. Aunque claro, el se lo merecía, por intentar por todos los medios verme feliz. Quizás ya era el momento de seguir la cadena de favores.
-Puedes contar conmigo para intentar sentirte más cerca de tu antigua casa -exclamé con una sonrisa, achinando los ojos- Dime a quién tengo que matar y lo haré -fingí ponerme serio y froté mis nudillos sobre mi camiseta. Solían decirme que yo tendría que ser actor, aunque yo no me veía encima de un escenario, interpretando a alguien que no fuera yo mismo, ni memorizando un guión. Bueno, yo no me veía en ningún tipo de empleo, no tenía claro nada de eso en mi vida.

Mis ojos se abrieron como platos al escucharlo, bien, no sabia si estaba bromeando o no, pero estaba comenzando a darme un poco de temor que algo malo les fuera pasar a mi padres, no es que hayan sido muy buenos tomando mi opinión acerca de si mudarme o no, y claro merecían una reprimenda, pero llegaría a su tiempo y no sería para nada agresiva, o eso esperaba -Es muy amable de tu parte, pero no creo que haya necesidad de llegar a eso- Dije parando sus manos para que no frotará mas sus nudillos, me ponía un poco nerviosa -Pero si lo necesito te llamaré- Mostré media sonrisa en mi rostro, no sabia en realidad si lo que decia era todo una broma, al fin y al cabo lo acababa de conocer, como iba a saber si realmente no era un loco? -Mejor, acabemos con lo mio- Dije intentando cambiar de tema -Que hay de ti? Vives aqui en Maine?- Pregunté mostrandome interesada, bueno como habia dicho era la primera persona que conocía y loco o no, la curiosidad mataba.

Volví a meter la mano en el bolsillo tras sus palabras, y sonreí. ¿Se lo habría creído? Vale que era bueno, pero tanto... Bueno, esperaba no haberla asustado.
Encogí los hombros con su pregunta, yo no era mucho de contar mi vida a nadie, pero ya que sacaba el tema no iba a cortarlo en seco.
-Bueno...no es que viva aquí, pero no me falta mucho -sonreí por lástima por mi mismo, el pasar las vacaciones aquí era solo el primer paso para que mi padre me pidiese venir a vivir con él, y ahí si que tendríamos un problema. De todas formas, yo ya tenía 19 años, y era dueño de mis propias decisiones. Lo de venir a Maine era...por agradecimiento- He venido a pasar las vacaciones con mi padre, aunque él está tan enfrascado en su trabajo que me paso la mayor parte del día dando vueltas por ahí -comenté resignado. Mi padre podía ser todo lo buena persona que quisiera, pero no le iba eso de parecer un padre enrollado.

Asentía ante su respuesta, entonces el no vivia aqui, era un turista como muchos de los que habia visto cuando arribe a este lugar, no era que se me hiciera extraño simplemente que al escuchar unos momentos antes que el era casi un novato aqui, me agradaba pensar que probablemente no sería la unica nueva en Maine, aunque ahora por su aclaración me quedaba claro, si lo era. -Cosa que no te tiene tan entusiasmado?- Dije en forma de pregunta aunque estaba casi claro que era una afirmación, no sabia si era cierto o no, pero si no lo era parecía que ya estaba comenzando a usar la proyección, cosa que no era buena para nada. -Entonces tu vienes para pasar vacaciones con tu padre y el nunca esta?- Pregunté al momento de escuchar su comentario sin antes alzar una ceja -Eso si que no es para nada agradable- Agregué, quizas a el no le importaba que su padre no pasara tiempo con el, pero sabia que si a mi me hicieran algo asi, probablemente ya estuviera gritandole a mi padre acerca de ello.