¿Llego yo y se pone a llover? { L i b r e }

¡Por fin había llegado el verano! Era algo que llevaba necesitando desde hacía bastante tiempo. Mejor dicho, lo había necesitado desde el día en el que había vuelto a casa. No había visto el momento de volver, pero ahora que por fin había llegado todo parecía mejor. Cuando llegué a casa de mi padre este tenía prisa ya que tenía que trabajar. Típico de él: en verano y trabajando. No pasaba mucho tiempo con mi padre, la mayoría del tiempo me encontraba sola y yendo hacia cualquier lugar.

Se despidió a los cinco minutos de llegar yo y me dijo que volvería tarde. Es decir, que hoy ya no le volvería a ver. Me instalé en mi habitación y cuando acabé de guardar todas mis cosas ya era la hora de cenar, pero en vez de ir a comer algo, preferí salir a dar una vuelta ya que si cenaba antes se me haría muy tarde.

Salí de casa y cogí la bicicleta. Quería irme lo más lejos posible. Recorrí muchas calles de Maine, mientras observaba todo y a cada persona que pasaba por allí. Nada parecía haber cambiado, aunque no podía estar segura ya que no lo había podido ver todo. Me alejé cada vez más, aunque estaba segura de que sabría volver cuando quisiera. El cielo cada vez estaba más oscuro, cosa que no era muy buena señal, a pesar de que estuviese anocheciendo. Pedaleé un poco más cuando me pareció que una gota de agua había caído en mi mano. Genial. Solo faltaba que se pusiese a llover. Un segundo más tarde empezó a caer agua con más fuerza, por lo que decidí ir hasta las cuevas y quedarme allí hasta que cesara la tormenta. Me metí dentro. No me importaba cuanto tiempo tenía que quedarme allí, pues mi padre no llegaría hasta muy tarde y no se tendría por qué preocupar.