Mery Turner

Mery Adeline Turner



Nombre:
Meredith Adeline Turner

Apodos:
Mery, Mer, Adeline

Edad:
17 años

Grupo:
Habitante de Maine

Descripción:
Amanda Seyfried

Spoiler:

Descripción Psicológica:
Mery es una persona que se hace querer, tal vez por esa inocencia de niña que todavía no ha perdido, como por lo buena persona que es. A pesar de que lo hace inconscientemente, Mery levanta pasiones allí por donde pasa, cuando la conoces, es normal que sientas la necesidad de protegerla y verla feliz, aparenta una fragilidad y una sensibilidad que muy pocos sabrían explicar. Es muy risueña, el sonido de su risa es parecido al repiqueteo de unas campanitas, un dulce sonido. A pesar de que intenta ser seria y madura, muchas veces aparece la niña que lleva dentro, convirtiendo cualquier situación en un dulce recuerdo. Es sensata y piensa las cosas dos veces, tal vez por eso sus decisiones son siempre las más acertadas. Aún así, es algo cerrada y introvertida si eres un extraño para ella, y siempre intentará rechazar aquello que intente romper sus esquemas, marcados por su propia ética. Es una romántica empedernida, tal vez por eso se ha llevado muchos palos en cuanto a su vida sentimental, y intenta por todos los medios no volverse a enamorar.

Hobbies:
-Leer bajo la sombra de un árbol.
-Nadar en el mar por la noche.
-El bovarismo.

Le agrada:
-Las piruletas de fresa.
-Los despertares con la persona a la que quiere.
-Estar en casa con una mantita los días de lluvia.
-Que le hagan cosquillas, aunque diga que lo odia.

Le desagrada:
-Que se metan con ella por ser algo infantil.
-Que la llamen Meredith.
-La niebla
-Las películas con final trágico.
-Los babosos que solo la quieren llevar a la cama.
-Las mentiras.

Historia:
Érase una vez una chica que vivía en un castillo gigante, con sus padres, el rey y la reina...
Así empezaban muchos de los cuentos que le contaba su abuela cuando Mery era una niña, cuentos por culpa de los cuales quizás nunca acabará de madurar. Los padres de Mery murieron cuando ella tan sólo tenía dos años, y desde entonces vivió con su abuela, gracias a quien tiene su segundo nombre, en Francia. Está muy apegada a su familia, nunca le han fallado, tal vez porque sentían que le debían algo a la pequeña, con lo que había sufrido. Por lo demás, la primera etapa de su vida fue feliz, creció y pasó a ser una adolescente soñadora, romántica y para que negarlo, algo rata de biblioteca. Siempre sumergida en sus libros, acostumbraba a evadirse de la cruda realidad metiéndose de lleno en el mundo de las novelas fantásticas y las historias de amor que siempre acaban bien. Tuvo varias relaciones amorosas, pero ninguna como las que leía, y es que tenía unas altas expectativas en cuanto a parejas, gracias a las novelas.
El año pasado le diagnosticaron a su abuela un cáncer terminal, y muy a su pesar, la mujer tuvo que relevar la custodia de Mery a su tío Paul, que vivía en un pueblo costero llamado Maine. Mery acaba de llegar, esperando que su vida sea, al menos, más animada que en Francia, y que por fin, pueda encontrar ese amor tan ansiado.